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Con un gol de Ivanovic, el equipo de Mourinho se impuso por 1 a 0. Los de Londres jugarán el partido decisivo ante el Sheffield o el Tottenham.

Tras el empate protagonizado en la tierra de Los Beattles, el Liverpool y el Chelsea definieron la semifinal de la Copa de la Liga en el Stamford Bridge. La intensidad con la que salieron los equipos sorprendió a propios y extraños, porque si bien el fútbol inglés se caracteriza por su dinamismo, el ritmo que se observaba en Londres no era habitual.

El fuerte planchazo que le propinó Diego Costa a Emre Can ejemplificó la dureza del choque. Sin necesidad, pero con mucha intensión de lastimar a su adversario, el brasileño nacionalizado español no tuvo reparos en cometer una infracción que ni siquiera fue sancionada con la cartulina amarilla. La tarea de Michael Oliver no parecía estar a la altura de los acontecimientos. Una falta de Martin Skrtel sobre el propio «Lagarto», adentro del área, debió culminar en la pena máxima, pero el árbitro volvió a ignorar una acción decisiva.

Más allá de los groseros errores del colegiado, los «Reds» se las ingeniaron para crear las ocasiones más claras para romper el marcador. Una asistencia de Steven Gerrard hacia Jordan Henderson, le permitió al ex Sunderland quedar frente a Thibaut Courtois, pero el brazo del arquero evitó el tanto. En cambio, para la extraordinaria maniobra individual de Philippe Coutinho, el belga tuvo que emplear su pie izquierdo para salvar su valla. El circuito ofensivo de la visita lastimaba al dueño de casa, pero los reflejos del ex Atlético Madrid hicieron que se vayan al descanso con la paridad en el score.

En el complemento Diego Costa volvió a agredir a un rival y su impunidad ya era muy evidente. El delantero ni siquiera fue advertido por Oliver, quien demostró un arbitraje muy permisivo. Los nervios que invadieron a los defensores del Liverpool le dieron la posibilidad a Eden Hazard de eludir a tres hombres y probar de media distancia. Por centímetros los de Mourinho no celebraron el gol y la llave se mantuvo abierta.

Tras 90 minutos sin alegrías, la definición se estableció en el tiempo suplementario. Sólo tuvieron que transcurrir 90 segundos del adicional para que el combinado de Londres anote el 1 a 0. Un balón detenido ejecutado por Willian encontró la cabeza de Branislav Ivanovic y el serbio quebró la resistencia propuesta por Simon Mignolet. Los «Blues» hicieron rugir a un estadio que se mantenía callado por el suspenso que se percibió durante todo el duelo.

En la etapa final, los conducidos por Brendan Rodgers no tuvieron la capacidad para crear situaciones de riesgo. Los ingresos de Mario Balotelli y Rickie Lambert no brindaron los resultados esperados y los de Mou se quedaron con el boleto a la final del certamen. En el encuentro decisivo, el Chelsea jugará ante el ganador del cruce que animarán el Sheffield United y el Tottenham.

Fuente: playfutbol