Los motivos por los cuales Rolfi Montenegro y Jorge Almirón nunca se llevaron bien

El detrás de escena de la decisión y otros jugadores excluidos



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El detrás de escena de la decisión y otros jugadores excluidos




Las relaciones siguen sin componerse en Independiente. Se ven los chisporroteos con un caso emblemático, el de Daniel Montenegro, y con varios más detrás, que, por menos repercusión, quedan a la sombra. Por ejemplo, el de Sebastián Penco, el delantero de los goles importantes, que tampoco será tenido en cuenta y ya se busca club. O el de Rodrigo Gómez, la joven esperanza que llegó de Argentinos hace seis meses, que también piensa en otro destino. Igual que Sergio Escudero, que nunca entró en el gusto popular. O Marcelo Vidal, importante en el ascenso, que anoche llegó a Pilar y tuvo que volverse a casa porque no estaba en la lista de los concentrados. Increíble. Son decisiones cuyo alcance y repercusiones se verán con el transcurrir del tiempo, de los resultados.

Montenegro sintió el destrato hasta último momento. Tanto que hasta ayer por la tarde recibió un sinfín de llamados para que no se presentara junto con el plantel. Tenía tantos mensajes que no llegó a leerlos ni escucharlos todos. La idea de la comisión directiva era que empezara a entrenarse con el resto de los jugadores que no serán tenidos en cuenta, en Villa Dominico. Cuentan que los dirigentes, que no querían otro escándalo mediático, acercaron las partes y que, sólo entonces, en las primeras horas del domingo, Almirón le dijo a Rolfi que no sería tenido en cuenta.

Fue una cuestión de piel. Al jugador no le cayeron en gracia algunas formas del entrenador. Y al DT le quedaron en la garganta algunos gestos y actitudes del futbolista

La presencia de Montenegro en la concentración tuvo un poco de todo. Primero, hubo una cuestión legal de por medio: el futbolista tiene un contrato que vencerá en diciembre próximo. Segundo, guardó un aspecto netamente profesional, ya que pretende mantenerse en forma y practicar junto con sus compañeros hasta que haya una solución clara. Y tercero, quedó un tema de despecho, ya que al jugador no le gustó nada el trato de Almirón y, mucho menos, el de los dirigentes. A todo esto, el presidente Hugo Moyano jamás se pronunció. Lo único que trascendió fue el respaldo del mandamás de los Rojos hacia el entrenador. Tan confuso estuvo todo que, en un principio, según el Twitter oficial de Independiente (@Independiente), Montenegro no estaba entre los concentrados. Minutos después se cambió la información. Anoche, tras la cena, todas las partes estaban reunidas para darle un corte a la situación.

No hizo falta una discusión ni una palabra de más: Montenegro y Almirón, que en todos sus equipos miró de reojo a los más experimentados, nunca se llevaron bien. Fue una cuestión de piel. Al jugador no le cayeron en gracia algunas formas del entrenador. Y al DT le quedaron en la garganta algunos gestos y actitudes del futbolista, como, por ejemplo, cuando no quiso salir en la derrota con Boca por 3-1. Detrás de la decisión del técnico queda una explicación futbolística. «Pretende un equipo dinámico, más agresivo. Montenegro ya no parece estar listo para eso», explican. De más está decir que el futbolista, pese a que tiene varias ofertas, no quiere irse de la entidad.

Cuando Montenegro no quiso salir ante Boca

El fastidio se extendió hacia otras piezas del plantel. Penco se iría a Once Caldas, de Colombia, que se fijó en sus goles. Droopy Gómez tiene ofertas de Gimnasia (aunque Independiente pidió demasiado por el préstamo) y de Veracruz, de México. Escudero rescindiría hoy el contrato y pasaría a Belgrano. Tampoco seguirán Leonel Miranda y Sergio Ojeda. «Es una falta de respeto. Nos dio vergüenza y nos fuimos rápido. Ya no tengo nada que hablar con Almirón», dijo Vidal, en radio La Red, al enterarse de que tenía que dejar el hotel. Lo mismo les pasó a Fabián Monserrat, Juan Manuel Trejo, Gómez y Ojeda. Penco, directamente, ni se presentó.

La tensa relación entre Montenegro y Almirón.  Foto: Archivo

Algunos, por lo bajo, hablan del costo político. Ya que también se fueron mal del club Federico Insúa (a Millonarios, de Colombia) y Gabriel Milito, que renunció al cargo de coordinador de los juveniles. Eso, sin contar que aún se espera una oferta millonaria por Federico Mancuello. Todo eso en medio de un equipo aún sin refuerzos. Uno de los pocos experimentados que quedan es Cristian Tula, de 37 años, el primer capitán de la era Almirón y que estuvo con un pie afuera.

Después de una buena campaña en la vuelta a primera, Independiente terminó el año con cortocircuitos. Y, como si fuera poco, empezó la pretemporada al revés.

Fuente: canchallena.lanacion.com.ar



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