Pipi Romagnoli, sobre la final: «Siento una tristeza grande porque no estuvimos tan lejos»

El ídolo del Ciclón analizó la derrota contra Real Madrid en el Mundial de Clubes



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El ídolo del Ciclón analizó la derrota contra Real Madrid en el Mundial de Clubes




RRAKECH.- Las imágenes se suceden a un ritmo frenético. La ilusión del arribo, la ansiedad del debut, el piso resbaladizo contra el noble equipo semiprofesional. El viaje de la angustia a la templanza. La previa al desafío de sus vidas. La dignidad de la defensa, la ausencia del ataque. La final perdida contra Real Madrid, el rey de reyes. Las lágrimas que se suceden, el vestuario dolido, el regreso a casa, vía Madrid. El silencio, la quietud, la gratitud general. Y en el medio, Leandro Romagnoli, el símbolo, el emblema. Su voz, ahora mismo, detrás de tantas imágenes que vuelan en el tiempo, es necesaria hoy. Representa el sentimiento de San Lorenzo, el subcampeón mundial. Las lágrimas del hombre se transforman en el tiempo. Llanto, la tarde que salvó el pellejo de primera. Llanto, la noche que se consagró en la bendita Copa Libertadores. Llanto, la noche que Real Madrid le arrebató el último gran anhelo. Se ríe. «Sí, sí. Al final me la paso llorando. No, en serio, esta vez siento una tristeza grande. Porque no estuvimos tan lejos», le cuenta, en la intimidad, a canchallena.com, horas después de haber escrito parte de la historia del fútbol.

-Los hombres también lloran.

-Las lágrimas son de tristeza, de no haber podido conseguir lo que queríamos, no le pudimos dar una alegría a la gente.

Veías afiches de una diferencia de 12 a 1, y esa diferencia no se notó en el partido

-¿Qué recordás del partido?

-Real Madrid tuvo la pelota, pero no nos había llegado tanto, no había tanta diferencia como muchos creían antes del partido. Cuando cometés un error y vas perdiendo, se hace más difícil porque tenés que salir a buscar. No pudimos descontar, intentamos, pero siempre nos pareció muy difícil. No alcanzó, por eso estoy triste. Es grande mi tristeza porque vinimos a ganar; lo intentamos al final, al menos.

El Pipi Romagnoli, símbolo de San Lorenzo.  Foto: LA NACION  / Adrián Quiroga

-¿Y si lo hubiesen intentado desde el principio?

-A veces te queda esa sensación, de por qué no nos atrevimos un poco más desde el arranque, pero ahora no se puede hacer nada. Ellos controlaron el partido, pero no tuvieron tantas situaciones. Ya está, se perdió.

-¿Es el mejor año de la historia del club?

-Es difícil decirlo ahora, pero creo que sí. Hubiese sido lindo culminarlo con este Mundial, pero nos encontramos con un equipo muy bueno.

-Ahora cada vez se les va a exigir algo más.

-Este equipo se acostumbró a pelear cosas, a no conformarse. Por suerte, logramos el campeonato de 2013 y la Libertadores de este año. Nos faltó aquella Copa Argentina y contra Real Madrid nos costó demasiado. Estaba muy difícil.

-¿San Lorenzo estuvo a la altura del torneo?

-El primer partido no estuvimos bien contra un equipo de jugadores que no son profesionales, pero ahora en el fútbol no existen más las ventajas antes de jugar. Fijate que muchos decían que Real Madrid nos iba a meter diez goles. Veías afiches de una diferencia de 12 a 1, como en las apuestas. Y esa diferencia no se notó en el partido. No alcanzó, ya está.

Intentamos, pero siempre nos pareció muy difícil

-¿Existen las derrotas dignas? La pregunta va más allá de San Lorenzo.

-No, no. Perdiste. Y la amargura del equipo, en el vestuario, en el viaje, es esa: perdiste. Después, cuando uno está más tranquilo, con el tiempo, podés analizar que dentro de todo dimos lo mejor y que enfrentamos a un equipo muy poderoso. Pero en este momento no pensamos eso. Sólo hay tristeza.

-¿Qué pensaste al entrar?

-Faltaba mucho todavía. Faltaban 30 minutos y tenía esperanza de descontar, de empatar. Pero si nos descuidábamos, nos podían hacer el tercer gol o el cuarto. Y hubiese sido peor. Algunos dicen que es lo mismo perder 2 a 0 que 5 a 0, pero podés pasar vergüenza.

-Es el miedo a una goleada. Eso a veces te paraliza.

-Claro. Pero no sucedió eso porque el equipo demostró carácter. Demostró actitud, aunque cuando salimos un poco más ya era tarde. Cuando pasen los días, en casa, estoy seguro que vamos a dormir tranquilos. Jugamos la final que todos queríamos..

Fuente: canchallena.lanacion.com.ar