¿Vos sabés de dónde viene Halloween?

El día de los muertos. El día en el que el encuentro entre los dos mundos parece posible.



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El día de los muertos. El día en el que el encuentro entre los dos mundos parece posible.




Decenas de nenes disfrazados por las calles advirtiendo “Dulce o truco”, películas de terror o comedias, brujas y fantasmas. Así nos presentó el cine la noche de Halloween o Noche de Brujas. Pero la verdadera celebración se remonta a unos cuantos cientos de años antes de Cristo.

Para los celtas, el fin de año llegaba con el fin del verano, que coincide con el fin de octubre de nuestro calendario. En esa fecha festejaban el Samhain -fin de la cosecha-.

En sus creencias suponían que, con la llegada del fin de año, los espíritus de los muertos vendrían a ocupar los cuerpos de los vivos y a tomar sus pertenencias. Por eso trataban de que su mundo se pareciera al mundo de los muertos: se vestían y se maquillaban como suponían se veían los difuntos. Decoraban con huesos, telas oscuras y cenizas sus casas, para que los espíritus se confundieran y siguieran de largo.

Otras de las creencias -de donde viene «Dulce o truco»-, es que los espíritus pedían comida y si no se les daba, hacían conjuros y maldiciones. Los celtas entonces dejaban comida y velas encendidas fuera de sus casas. Las velas era para iluminarles el camino a los muertos.

Los romanos, cuando tomaron tierras celtas, adaptaron la celebración con las propias fiestas romanas de las cosechas. Ahí es donde aparecen las frutas y verduras. La tradición se expandió por toda la Europa medieval.

El cristianismo, entre los años 700 y 800, trató de adaptarse a las fiestas paganas e instauró el Día de Todos los Muertos el 31 de octubre y el Día de todos los Santos el 1 de noviembre.

Con la llegada de los irlandeses a América del Norte en el siglo XVII, la tradición llega al nuevo continente, donde se mezcla con otras costumbres originarias.

Recién en los años ’70 y ’80 del siglo XX la fiesta se «comercializó», pero en sus orígenes tiene mucho que ver con otras festividades populares de los muertos y el día en que el encuentro entre los dos mundos es posible.

En latinoamérica se suele desconocer el origen europeo de la fiesta de Halloween, porque se mezcló con los homenajes a los muertos de las propias culturas milenarias. Aztecas, Mayas, Purepechas, Nahuas y Totonacas durante 3 mil años hicieron rituales dedicados a sus ancestros coincidiendo con estas fechas.

En México y centroamérica, la celebración de los muertos es muy popular, se realiza el 1 y 2 de noviembre y es considerada un símbolo nacional. Incluye altares, flores y calaveras de dulce.

En Nicaragua van un pasito más cerca del más allá: se festeja en el cementerio y de noche… ellos elijen honrar a sus difuntos pasando una noche con ellos, al ladito de la tumba.

En Argentina nos resulta ajeno, se asocia directamente con Estados Unidos y hasta muchos critican Halloween por eso. Sin embargo es una fiesta de nuestros ancestros, que por alguna extraña razón en nuestro país no se mantuvo.

Eso sí: las brujas montadas en escobas voladoras sí son originarias de Salem…

Fuente: TN