Las diez mejores películas de recitales

De Spinetta y las bandas eternas a Ziggy Stardust... Mirá la lista



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De Spinetta y las bandas eternas a Ziggy Stardust… Mirá la lista




Spinetta y las bandas eternas. A lo largo de su carrera, Luis Alberto Spinetta mantuvo a rajatabla su propio «mañana es mejor», y así era como sus shows en vivo se concentraban en su presente, mientras que sus páginas pasadas aparecían con cuentagotas en las listas de temas. Casi como un acto de justicia, el 4 de diciembre de 2009 celebró sus cuarenta años de carrera con un recital maratónico en Vélez en el que, a lo largo de más de cinco horas, repasó toda su trayectoria junto a un sinfín de invitados (Gustavo Cerati, Charly García, Ricardo Mollo, Fito Páez y un largo etcétera). En el segundo tramo de la noche, Spinetta volvió a reunirse con todas sus bandas en orden inverso al cronológico: Los Socios del Desierto, Invisible, Pescado Rabioso y Almendra.

Stop Making Sense. Grabado durante tres noches en el teatro Pantages de Hollywood en 1983, este film de Jonathan Demme (El silencio de los inocentes, Filadelfia) muestra a Talking Heads en el pico de su creatividad. El show comienza con David Byrne haciendo una versión acústica de «Psycho Killer» y, a medida que avanzan los temas, se incorporan los demás integrantes de a uno por vez, hasta completar un escenario rodeado de piezas móviles que entran y salen de escena para sumar coros, sets de percusión y así expandir el universo sonoro del grupo neoyorquino y la neurosis actoral de su líder.

La Renga – En el ojo del huracán. Para la presentación de Detonador de sueños, el trío de Mataderos interpretó literalmente el título de una de sus canciones («El ojo del huracán», claro) e instaló un escenario circular en el medio del campo del Tomás Adolfo Ducó. Al calor de las válvulas, La Renga sacude el estadio de Parque Patricios durante más de dos horas, en un show que tuvo como invitado a Pappo para la versión que el grupo hizo en castellano del clásico de Neil Young, «Hey Hey, My My».

Celebration Day. Desde 1976 a la fecha, los integrantes de Led Zeppelin se encargaron de despotricar en contra de The Song Remains the Same, y si bien el gesto era un tanto exagerado, lo cierto es que ni el film ni su banda de sonido hacían justicia a lo demoledores que eran los shows en vivo del grupo. Cuando los tres miembros sobrevivientes se reunieron en 2007 para homenajear a Ahmet Ertegün (el fundador de Atlantic Records), convocaron a Jason Bonham para reemplazar a su padre en la batería, y dieron un único concierto que los mostró en su mejor forma. El cineasta Dick Carruthers (responsable de registrar shows de Oasis, The Killers, Portishead y White Stripes) le agregó al film ciertos guiños estéticos que remiten a The Song… y que buscan hacer de Celebration Day una versión actualizada de esa película.

Rust Never Sleeps. En 1978, Neil Young planteó su nueva gira de manera desafiante. Por empezar, las listas de temas repartirían el show entre un repaso de su carrera con canciones inéditas. Por el otro, el show iría de menor a mayor, de un comienzo acústico a un final a puro sauna de lava eléctrico. Y, como si fuera poco, todo estaría enmarcado en un contexto entre desafiante y absurdo, con amplificadores de utilería que llegaban hasta el techo, unos personajes demasiado parecidos a los vendedores de chatarra de Star Wars que oficiaban de plomos y una voz en off que invitaba al público a ponerse unos anteojos 3D llamados «Rust-o-vision» para que «puedan ver a la banda decaer delante de sus propios ojos».

Babasónicos – Luces. Cada vez que la banda de Lanús pasó por el escenario del Luna Park, lo hizo acompañando sus shows con puestas en escena ambiciosas. La presentación de Anoche, sin embargo, se destacó del resto por su minimalismo, sostenido por un despliegue lumínico y su constante juego de luces y sombras. El director Agustín Alberdi buscó trasladar este mismo contraste a las cámaras, que pasan de mostrarlo todo a no permitir percibir con claridad qué es lo que ocurre, a la manera de las concert movies de los setenta.

The Last Waltz. El grupo que se ganó el peso propio después de años de estar al servicio de Bob Dylan decidió separarse con un concierto en el Winterland Ballroom de San Francisco en la noche del día de Acción de Gracias. Además de ofrecer pavo gratis a sus 5000 espectadores, la banda repasó su carrera junto a una docena de invitados entre los que estuvieron Neil Young, Bob Dylan, Ringo Starr, Eric Clapton y Joni Mitchell, entre varios otros. La película estuvo en manos de Martin Scorsese, que no solo registró el recital, sino también otros temas en estudio y una extensa serie de entrevistas con cada integrante de The Band por separado.

Gimme Shelter. Más cercano al documental que al registro de un concierto en sí, la película de los hermanos Maysles tiene suficiente valor agregado para ser parte de esta lista. En principio, los cineastas fueron contratados para filmar los shows de los Rolling Stones en el Madison Square Garden que coronaban su gira estadounidense de 1969 (cuyas imágenes ocupan la primera parte de la película). Como el tour salió mejor de lo esperado, el grupo decidió premiar a sus fans con un show gratuito en Altamont en donde, como se sabe, todo terminó mal. Las cámaras de los Maysles estuvieron presentes en todo momento para registrar lo que ocurría tanto arriba del escenario como debajo de él.

El último concierto. Un año antes de que se anunciase su gira regreso, Soda Stereo reapareció en las bateas, con el registro de su despedida de 1997. A diferencia de los dos discos en vivo del mismo título, el DVD está tomado de su show en River el 20 de septiembre de ese año, en lo que fue efectivamente su último concierto. Entre sus extras se destaca un documental sobre la gira despedida del grupo, y una entrevista al director Alfredo Lois, responsable del proyecto.

Ziggy Stardust and the Spiders from Mars. A un año de haber sacado el disco que le da nombre a esta película, David Bowie estaba en la cresta de la ola, y también bastante cansado del fenómeno que había creado, y decidió decir basta para la presentación de Aladdin Sane. Antes de encarar los últimos shows de una gira por Inglaterra, le informó al guitarrista Mick Ronson que quería abandonar el personaje de Ziggy Stardust. Se convocó al director D.A. Pennebaker para filmar algunas pocas canciones de la primera función, quien desconocía la obra de Bowie, y que cuando vio lo que tenía delante de sus ojos hizo lo posible para que lo dejasen registrar completo el show del día siguiente. Al final de la segunda noche, Bowie proclamó una frase enigmática: «Este no es sólo el último show del tour, sino también el último que haremos jamás». Esa declaración llevó a especular con que había decidido retirarse de la música, pero en realidad quien lo estaba diciendo no era él, sino el propio Ziggy.

Fuente: Lanacion.com.ar

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