Top 5: lo mejor de Robin Williams a colores

Recordamos lo más destacado del actor que falleció a los 63 años



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En los ochenta y los noventa del siglo pasado pocos actores fueron más famosos, preponderantes y exitosos durante tantos años como Robin Williams. El siglo XXI no fue su mejor momento, pero el final del siglo XX lo tuvo como uno de sus actores clave. Éxito cómico, imitaciones, flexibilidad facial extraordinaria, capacidad de hacer cosas rarísimas con la voz, actuaciones por fuera de las comedias. Le faltó un Oscar como protagónico en el momento que parecía que lo ganaba -La sociedad de los poetas muertos, Buenos días, Vietnam, Pescador de ilusiones- y lo ganó como actor de reparto con En busca del destino (o sea Good Will Hunting), película que en 1997 presentaba a actores que sí serían preponderantes en el siglo XXI: Matt Damon y Ben Affleck. Pero dejemos de lado las películas con Williams con nominación o con premio. Vamos a una selección de lo mejor del Williams más en el borde, en el mundo de la fantasía, metido en cuerpos extraños o en disfraces coloridos, en mundos maravillosos. Williams supo caminar con un pie (o con los dos) en el mundo del delirio, lo fantástico, lo mágico. Y no, no vamos a incluir acá ni Más allá de los sueños ni Patch Adams ni Mrs. Doubtfire.

1. Para empezar, una película que está un poco olvidada pero que combinó los colores chillones de los disfraces y el mundo de la televisión infantil con una negrura que Williams supo tener y que Danny DeVito como director aprovechó como pocos: Maten a Smoochy, que además quizás sea la última de las grandes películas con Williams como protagonista.

2. Y ahora a la otra punta, a los comienzos de Williams en el cine, con una película dirigida por Robert Altman, cuya filmografía solía estar plagado de amargura. La Popeye de 1980 es una de las películas más extrañas que haya dado el cine en ese momento bisagra. Una fantasía basada en un personaje animado. Y con Williams haciendo uno de sus más grandes proezas: convertirse, casi, en un dibujo animado de carne y hueso.

3. A Williams le pasaron en el cine cosas muy extrañas: como ser el genio de Aladdin, estar «fuera de foco» (como una enfermedad) en uno de las mejores ocurrencias de Los secretos de Harry de Woody Allen o ser uno de los personajes más delirantes (lo que ya es mucho decir) de Las aventuras del barón Munchausen de Terry Gilliam. Además, Coppola lo puso como protagonista de una de sus últimas grandes películas: Jack, en la que Williams tiene 10 años pero un cuerpo de 40. Una película bastante (e inmerecidamente) olvidada, al punto de que no hay buenos trailers disponibles:

4. En la mitad de los noventa Jumanji se convertía en una película ideal para Robin Williams. Un tablero mágico lo había dejado en otro mundo, un mundo gobernado, regido, por un juego. Jumanji -dirigida por el casi siempre eficaz Joe Johnston- proponía un paseo por la imaginación presente a la hora de jugar en la niñez, y una combinación de animales y efectos digitales que eran tremendamente avanzados para la época.

5. Y para terminar, otro proyecto extraño y fascinante, a la vez que parte innegable de la personalidad creativa de Williams y de Steven Spielberg: Hook, en la que Williams hacía de un Peter Pan que había crecido y que, claro, debía recuperar la memoria de la infancia, aprender a combinar la responsabilidad con el juego y la aventura.

Fuente: Lanacion.com.ar

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