Para el fiscal, el empresario, sus cuatro hijos, Fariña y Elaskar fueron hallados responsables de haber construido una «compleja ingeniería transnacional» que lavó casi 60 millones de dólares. La audiencia del juicio, conocido como «ruta del dinero», se realizó por vía remota, atento a las medidas de aislamiento dispuestas por el Poder Ejecutivo, en el marco de la pandemia.
Sobre los hijos de Báez, el fiscal ubicó a Martín Báez «como quien junto a su padre ha encabezado las maniobras de lavado» con coordinación «con los profesionales que toman a cargo la empresa de lavado, primero Fariña, luego Pérez Gadín y Chueco». La «responsabilidad de Martín Báez es evidente del inicio al fin de la maniobra, es el autor con mayor protagonismo en estos hechos, aún con mayor protagonismo personal que su padre», consideró.
Sobre sus tres hermanos, Leandro, Luciana y Melina, la fiscalía los acusó como partícipes necesarios con «roles y funciones compartidas». «Han tenido actuar paralelo y asumen grados de participación semejante con alguna preeminencia de Leandro Báez, los tres actúan en el mismo plano con actuar consciente y coordinado», sostuvo.
Córdoba aludió también a la situación del financista Rossi, sobre quien descartó que haya sido un «cadete» en la financiera que se ocupaba de manejar el dinero de los Báez. «Aporta experiencia, conocimientos, contactos y disposición incondicional para erigir el entramado societario en el exterior y abrir cuentas en Panamá y Suiza», enumeró Córdoba. Rossi «tenía el control de las cuentas, él solo movió alrededor de 15 millones de dólares. Su intento de posicionarse como cadete que hace algunos mandados no se sustenta», concluyó.