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Muerto, enredado en su parapente, y en la orilla del mar. Así apareció esta mañana el cuerpo del instructor argentino Leandro Ramos, que el domingo no había podido escapar del accidente sufrido en las aguas del balneario uruguayo La Pedrera.
«Miré desde arriba con los prismáticos y vi que algo se movía en la ola; bajé corriendo y vi que era el parapente que el mar se lo estaba llevando de nuevo hacia adentro», relató Senon Pereira, el hombre que descubrió el cadáver de Ramos.
«Me tiré, lo sujeté un poco, lo cinché lo más que pude hacia afuera y apareció un vecino que salió corriendo y nos colaboró con un cabo para atar», agregó el lugareño.
La familia de Ramos, un argentino que había llegado a las playas de Rocha hace poco menos de un mes, con intención de recorrer Sudamérica, pero se había «enamorado» de La Pedrera, hacía vuelos de «bautismo» a gente del lugar o turistas que querían vivir esa experiencia. El domingo, sobre las cuatro de la tarde, Cecilia Corso hacía ese vuelo junto al instructor argentino, mientras otros turistas esperaban su turno.