No Banner to display

Según el testimonio de las once familias que habitan el lugar, hace diez días que viven con un hilo de agua en las canillas. No pueden cocinar, lavar ropa ni bañarse

Once familias disponen de sólo cinco minutos por día de agua. Así sintetizan la situación cotidiana los usuarios de un edificio de 66 entre 5 y 6, en el centro de La Plata. Según cuentan al diario El Día, de esa ciudad, viven desde hace diez días con un «hilito» en las canillas de sus hogares.

En esa propiedad de cinco plantas ubicada en pleno casco urbano, sus ocupantes no pueden cocinar, lavar la ropa, asear la vivienda ni bañarse. Realizaron reclamos frente a la empresa prestadora del servicio -ABSA- pero no tuvieron respuesta, según denunciaron.

«Por la baja presión, el 17 de agosto ya casi no había agua en ningún departamento. Se hizo el reclamo en Absa el 19, pero no apareció nadie. Insistimos con otras presentaciones, incluida una nota que llevamos personalmente a la empresa, pero la situación sigue igual», denunció el administrador del edificio Agustín De Barrio. «En algunos minutos del día sale un poco de agua de las canillas y ahí entonces aprovecho y me pongo a juntar. Pero eso apenas sirve para lo sanitario».

El 17 de agosto pasado, como contó De Barrio, los vecinos de la avenida 66 Nº 533 comenzaron a notar la merma en la cantidad de agua que llegaba a sus domicilios. Convocada por la administración, al día siguiente concurrió al lugar la empresa que realiza el mantenimiento de la bomba del edificio. Los técnicos de la firma revisaron las instalaciones y concluyeron, según lo comunicado al consorcio, que el problema no era interno sino que por la baja presión de la red de ABSA el servicio no alcanzaba a ingresar al inmueble.

«De ahí que planeamos el primer reclamo», dijo el administrador. Según lo que pudo averiguar De Barrio, el inconveniente estaría en la rema de la red de agua corriente conectada a ese edificio en particular. «Cruza la avenida 66 y la presión es muy poco. El resto de los edificios de la zona no tienen problemas porque están relacionados con otros cañerías», explicó.

«El domingo hizo una semana que estamos casi sin agua – precisó, ya harta de recargar baldes y ollas, Susana Gutiérrez, vecina de la planta baja -. Sabemos que el problema está en la caja de la vereda, en la conexión que ingresa al edificio. En algunos minutos del día sale un poco de agua de

las canillas y ahí entonces aprovecho y me pongo a juntar. Pero ese apenas sirve para lo sanitario; con esa cantidad no nos podemos bañar y para cocinar tengo que comprar agua envasada». Para Rocío Rivas, del cuarto piso, la falta de agua durante tantos días consecutivos también significa un trastorno. La vecina, madre de un bebe de un año, tiene que ir a bañarse todos los días a la casa de un familiar.

Fuente: Lanacion.com.ar