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Un padre estacionó ayer su auto en la puerta del Jardín de Infantes del Colegio Almafuerte en Bernal, y cuando se bajó para acompañar a uno de sus hijos hasta la entrada, unos delincuentes aprovecharon para subirse y robarse el vehículo, con su otro hijo sentado en el asiento de atrás.
Todo ocurrió en pleno horario de ingreso escolar y ante la vista de las familias que despedían a los chicos en la vereda. Los primeros segundos de sorpresa dieron paso rápidamente a la angustia y la desesperación. Así fue que empezaron a tirarle las mochilas y todo lo que tenían a mano al auto robado.
«Yo dejé a mi hijo y a los segundos pasó eso. El padre bajó del auto a dejar a su nene y se ve que dejó la llave puesta. El otro chico, que va a la primaria, quedó atrás. Y en ese momento, se subieron al auto y arrancaron», comentó una mamá del colegio y vecina del barrio.
Ni los gritos de los padres ni los proyectiles improvisados, ni siquiera el intento de las maestras que también estaban llegando y trataron de perseguirlos con sus autos hizo que los ladrones detuvieran su fuga. Otra vecina fue quien finalmente encontró al chico de ocho años a unas 15 cuadras de ese lugar.
«Por suerte, una señora lo encontró cerca de Chiclana y Lebensohn», sostuvo la madre. El nene estaba solo en la calle y en estado de shock. Entonces la mujer se le acercó y al escuchar su relato lo acompañó de vuelta a la escuela, donde se reencontró con su familia.
Después del susto, los padres pidieron reforzar la presencia policial en los alrededores de la escuela. Y también se quejaron del cambio en la orientación de la calle donde está ubicado el establecimiento, que hacen «imposible poder estacionar para dejar a los chicos en el colegio».
Fuente: La Nación