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A Núñez Carmona se lo acusa de ser testaferro del vicepresidente y representarlo en sus negocios para quedarse con Ciccone. Participó en las reuniones con la familia que era dueña de la imprenta y con Resnick Brenner, exjefe de asesores de la AFIP.
En el final de su alegato, el amigo de Boudou les habló a Alejandro Vandenbroele, acusado de ser el testaferro del exvice, y Guido Forcieri, exrepresentante argentino en el Banco Mundial, también imputados en la causa. «En un acto personal, a mis amigos les quiero pedir disculpas. Incluso Alejandro y Guido. Si están acá es por culpa mía», afirmó. En ese momento, Núñez Carmona se quebró.
Luego se dirigió a Nicolás Ciccone, exdueño de la imprenta: «Le tengo aprecio. No estaba dentro de las posibilidades manejar todo lo que pasó desde el 2012 para acá».
Antes de retirarse, el amigo de Boudou cuestionó con dureza la decisión de la Unidad de Información Financiera de pedir el arresto de los acusados luego de que se conozca la sentencia.
«Si me toca ser detenido, iré al penal, pero me parece que hay garantías constitucionales que hay que empezar a respetar. Todos los días la ley para los procesados cambia», agregó.
Fuente: La Nación