Elecciones en Tucumán: Manzur logró la reelección y llamó a apoyar al kirchnerismo

Derrotó ampliamente a su mentor José Alperovich.



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A pesar de haber jugado dividido, el Peronismo mantuvo su hegemonía y Juan Luis Manzur continuará cuatro años más como Gobernador de Tucumán. Sería su último mandato porque no está permitido una nueva reelección.

El mandatario tucumano, quien el miércoles pasado visitó a Alberto Fernández en lo que se interpretó como su reconciliación con el Kirchnerismo, derrotó ampliamente a su mentor José Alperovich, el exgobernador quien tuvo a la provincia en un puño durante 12 años.

Alperovich pulseaba anoche por el tercer lugar con Ricardo Bussi, de Fuerza Republicana. Quedó segunda Silvia Elías de Pérez, la candidata de Cambiemos.

Manzur, quien gozó de una licencia de seis años como vicegobernador de Alperovich para ser ministro de Salud de Cristina Kirchner , llamó anoche a la unidad del Peronismo en la provincia y respaldó abiertamente la candidatura presidencial de Alberto Fernández .

«Abrazamos la fórmula Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner», dijo, eufórico. Entre los votos de Manzur y los de Alperovich, el kirchnerismo podría ilusionarse con obtener aquí entre 60 y 70 por ciento en las elecciones nacionales del 27 de octubre próximo.

Así, a partir de hoy y después de una tensa disputa, Manzur y Alperovich harán las paces y volverán a estar bajo un mismo techo. Unirán fuerzas para impulsar la fórmula kirchnerista y buscarán definir por consenso los candidatos a diputado nacional que se elegirán el 27 de octubre próximo. «Vamos a trabajar por la unidad para que en octubre Cristina logré más de 60 puntos», dijeron a LA NACION desde ambos campamentos tras una campaña en la que la reconciliación parecía lejana e improbable.

La exsenadora Beatriz Rojkés de Alperovich, que integra el consejo directivo del PJ nacional, está a cargo de la organización de un acto para que Cristina presente su libro Sinceramente en la provincia. Sería en julio, antes de las PASO. «Tucumán es cristinista», reforzó Rojkés su alineamiento.

Después de haber tomado partido inicialmente con una foto con Alperovich, Cristina Kirchner se mantuvo al margen de la pelea tucumana. En esta provincia obtuvo el 65% en 2011 y la considera un bastión, donde el PJ conserva el poder desde hace 20 años, cuando destronó al militar Domingo Bussi.

El rostro y el nombre de la expresidenta solo figuró en los afiches y las pintadas de Alperovich. Manzur, en cambio, tomó una sugestiva distancia desde que el año pasado recibió a Luis Barrionuevo en su rol de interventor del PJ y a la cúpula de lo que después sería Alternativa Federal para celebrar el Día de la Lealtad Peronista. Antes de ese acto, el reelegido gobernador había dado por finalizada la carrera política de la expresidenta. «Ya fue Cristina, su ciclo se terminó», había sentenciado. Camaleónico, Manzur dio un giro y se volvió a rendir ante el Kirchnerismo en una provincia que le sigue siendo esquiva a Mauricio Macri. Según tres consultoras privadas, la imagen del Presidente en la provincia es negativa y no superaría el 30% de las adhesiones.

El resultado de anoche también proyectará cambios en la estrategia de Cambiemos para la pulseada nacional. Los intendentes radicales de Concepción (Roberto Sánchez) y Yerba Buena (Mariano Campero) presionarán en tándem a sus aliados de Pro y del PJ no kirchnerista para ubicar tropa propia entre los postulantes a diputado nacional. No descartan, incluso, definir las candidaturas en las primarias de agosto.

Entre denuncias de irregularidades, sobre todo por el acarreo de ciudadanos para votar, se vivió este domingo por momentos una enorme tensión política. Hubo pintadas y agresiones en una sede partidaria de Cambiemos y un escrache al exgobernador con panfletos que decían «Alperovich nunca más». Sin embargo, estuvo lejos de repetirse el escandaloso final de la elección de 2015, cuando se quemaron 28 urnas en la localidad de San Pablo y se multiplicaron las denuncias de fraude y de compra de votos a cambio de bolsas de comida.

Participó un 86,5% sobre un padrón de 1.217.207 tucumanos. Es algo menos del 4% del nacional. El escrutinio fue engorroso por la cantidad de listas colectoras y las candidaturas dobles (una persona puede competir por dos cargos distintos en una misma boleta). Ante la escasez de empleo genuino, aquí la política es una oportunidad: hubo 18.651 postulantes para 347 cargos. La múltiple oferta y el desorden de boletas en los cuartos oscuros reavivaron el debate sobre la necesidad de avanzar con una reforma del sistema electoral, una iniciativa que Alperovich y Manzur siempre postergaron por razones estratégicas.

Fuente:

La Nación



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