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En la provincia de Buenos Aires el acatamiento al paro docente se sintió hoy en el 80 por ciento de los cursos, según informaron los gremios que convocaron a la medida de fuerza. En cambio el gobierno de María Eugenia Vidal informó que sólo el 47 por ciento de los docentes de escuelas públicas adhirió al paro.

Las cifras fueron difundidas este mediodía por los gremios Suteba y FEB, principales impulsores de la huelga en este territorio. Y en medida opuesta por la Dirección general de Cultura y Edcuación.

Esta dependencia oficial realizó un relevamiento en 12.000 escuelas y conlcuyó que el 47 por ciento de los docentes no asistieron a clases esta mañana, en el inicio del ciclo lectivo 2018. La cifra es baja comparada con la información que difundieron los sindicatos que integran el Frente de Unidad Docente.

«De los 12 mil servicios educativos de la provincia sólo no 346 abrieron. En total de docentes de las escuelas públicas el ausentismo fue del 47 por ciento . En educación privada hay un presentismo del 100 por ciento», se informó desde el gobierno de Vidal.

Desde la FEB se informó: «el paro docente convocado para este lunes y martes registra una adhesión de entre el 85 y el 90 por ciento en la provincia de Buenos Aires»

En una recorrida por cinco escuelas de cuatro municipios de esta provincia se detectó que sólo una escuela funcionaba con total normalidad. La escuela María Teresa de Berazategui fue el único establecimiento donde las clases se dictaban en forma regular.

En cambio, en escuelas de Berisso, Ensenada y en esta capital la adhesión al paro fue mayoritaria según surgió de una recorrida esta mañana. Un factor determinante para que muchas de las escuelas estuvieran cerradas fue el paro de auxiliares docentes, nucleados en ATE, que tienen a su cargo la limpieza de los establecimientos educativos.

Algunas de las escuelas que pretendieron abrir sus puertas cerraron a media mañana por falta de higiene. Otras escuelas directamente informaron a los padres que hoy y mañana permanecerán sin actividad por la ausencia de porteros.

Fuente: La Nación