La computación de vestir se pone de moda

Mientras que los Google Glass siguen siendo una rareza, se multiplican los relojes y las pulseras inteligentes



No Banner to display

Mientras que los Google Glass siguen siendo una rareza, se multiplican los relojes y las pulseras inteligentes




El de la computación de vestir es uno de los segmentos que exhibe mejores perspectivas en el vasto reino tecnológico. Estadísticas y previsiones abonan la idea de que relojes, pulseras, gafas y demás accesorios que incluyen encantos tecnológicos marcarán el pulso de la industria. IDC estima que hacia fines del año en curso este sector habrá vendido más de 19 millones de unidades, mientras que Juniper Research vaticina que en 2017 aquella cifra ascenderá a los 116 millones. En retrospectiva, Canalys indica que los despachos durante el primer semestre de este año se incrementaron en 684% en relación con el mismo período de 2013.

En tal contexto, resulta válido notar que la penetración comercial de los wearables (término en inglés que designa los dispositivos de vestir) aún aparece muy por debajo de las cifras que mueven los teléfonos inteligentes, por traer a colación un caso exitoso.

No obstante, la tasa de crecimiento de los wearables es brutal. ¿Logrará la tecnología afirmarse en su intensión de ir más allá de los escritorios, bolsos y bolsillos, para instalarse directamente en nuestra indumentaria?

¿ME DICE LA HORA?

Los relojes inteligentes, paradigmas del boom wearable, han recibido un gran envión de la mano de Google, que en los albores de este año presentó Android Wear, una versión de su sistema operativo móvil adaptada a las particularidades de los dispositivos de muñeca.

Esta novedad en el ámbito del software repercutió, naturalmente, en la escena del hardware. Motorola presentó el Moto 360 y LG hizo lo propio con su G Watch. Luego apareció el Gear Live de Samsung; una versión del G Watch con pantalla circular denominada G Watch R, y, entre otros, el ZenWatch del fabricante Asus. Los mencionados smartwatches requieren estar vinculados a un smartphone y, en tanto, funcionan como pantallas complementarias.

LA PRÓXIMA GENERACIÓN

¿Qué relojes inteligentes veremos en 2015? En lo que sigue podrían propagarse aquellos que son capaces de gestionar llamadas sin el auxilio de un dispositivo mayor. Uno de los casos es el Gear S de Samsung, que ya se vende en el mercado estadounidense y cuya llegada a las tiendas argentinas aún no ha sido confirmada, según dijo a LA NACION la representación local del fabricante surcoreano. Por otra parte, durante los primeros meses del próximo año debutará en algunos países el Watch, el primer dispositivo de vestir en el catálogo de Apple (y el primero de sus productos sin la «i» desde 1998), que traba estrechos vínculos con la moda, con el ánimo de ser estético, además de funcional. En la rueda de presentaciones, este producto fue exhibido en Colette, una de las boutiques más célebres en Europa, en el marco de la Semana de la Moda en París. Todo un signo de los tiempos de convergencia que vivimos.

REALIDAD VIRTUAL

A pesar de la visibilidad de los relojes, son las pulseras inteligentes las que dominan la escena en cuanto a volúmenes de venta. Se destacan desarrollos de las firmas Fitbit, Jawbone y Nike. Y hay más. Razer, una compañía especializada en videojuegos, presentó su propia smartband, bautizada Nabu, que se espera llegue al mercado argentino hacia fines de enero.

Microsoft echó luz sobre Band, producto que supone el debut wearable de esta firma tan vinculada a los escritorios. En términos generales, estas pulseras sirven para monitorear la salud y actividad física. Algunas entregan notificaciones del smartphone como mensajes de texto, correos electrónicos y contenido de redes sociales.

Por otra parte, el desarrollo de gafas inteligentes, que tiene como protagonista a los Glass de Google, dio como resultado una versión de prueba que se vende en Estados Unidos y, entre otros usos, permite grabar video, capturar imágenes, acceder a la Web y agregar capas de información virtual al mundo real.

Glass es también paradigma de la realidad virtual, un ámbito enlazado al sector wearable que tiene como emblemas a Oculus Rift, de Oculus VR, y a Gear VR, de Samsung. Son cascos que propician el acceso a entornos tridimensionales, particularmente atractivos para el desarrollo de juegos, aunque sus aplicaciones son múltiples, abarcando desde la simple navegación hasta el ámbito de la medicina.

Si hablamos de la computación que se viste, ¿por qué no incluir entonces la mismísima ropa que llevamos puesta?

En efecto, las prendas inteligentes exhiben una amplia perspectiva de crecimiento. Según Gartner, irán de las 100.000 unidades en 2014 a 26 millones en 2016. Por ejemplo, remeras para deportistas que incluyen sensores que miden su desempeño físico. No nos referimos a un futuro lejano, imaginería o ciencia ficción. Algunas prendas ya han ganado el don de la inteligencia y prometen hacer pie en los mercados alrededor del mundo.

WEARABLES EN SUELO ARGENTINO

A continuación, algunos ejemplos de los dispositivos de vestir que se consiguen en nuestro país, con características y precios.

Samsung. La surcoreana vende en la Argentina la pulsera Gear Fit ($ 4299) y el reloj inteligente Galaxy Gear 2 ($ 6499). Consultados en torno a la eventual llegada del smartwatch Gear S (aquel que gestiona llamadas) y a Gear VR (el casco de realidad virtual), representantes de la compañía señalan que, por el momento, no hay información relativa a fechas de lanzamiento a nivel local.

Sony. La japonesa vende en el país el modelo Smartband ($ 1499) y el SmartWatch 2 ($ 3999). Este último producto se destaca por ser resistente al agua, una característica en muchos de los productos de este fabricante.

LG. Esta compañía ofrecerá desde enero la primera versión del reloj G Watch, que cuenta con una pantalla rectangular y corre con Android Wear. Su precio de venta sugerido estará en el orden de los $ 4000.

Razer. Nabu, la primera pulsera inteligente en el catálogo del especialista en periféricos para amantes de los videogames, llegará hacia fines de enero, con un valor de venta sugerido de $ 1699.

Fuente: La Nacion