El animal está desorientado. Intentan guiarlo sin éxito hacia el Atlántico para que se reencuentre con su manada
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Hace 22 horas que, para asombro de todos, apareció una ballena en Puerto Madero que está siendo guiada si mucho éxito hacia el Atlántico por botes con personal de Prefectura y de la Secretaría de Medio Ambiente que intentan que se reencuentre cuanto antes con su manada. Especialistas informaron ayer que se trata de una «un juvenil de ballena jorobada» que pesa unos 36 mil kilos y que si bien es joven, «está en estado primario». El animal está desorientado adentro del puerto y se busca ayudarla con las embarcaciones que la rodean y van forzando a moverse hacia mar abierto.
Miguel Iñiguez, de la Fundación Cethus, explicó en diálogo con TN que el animal «está completamente abandonado» y que seguramente no esté comiendo en el río porque es una especie que se alimenta por momentos en el mar. «Se están tratando de hacer todos los esfuerzos posibles para que el animal vuelva a aguas abiertas. Durante el verano se encuentran en zonas antárticas. En esta época, deberían encontrarse en el noroeste de Brasil. El animal está completamente abandonado. Creemos que su estado de salud lo ha llevado a desviarse», aseveró.
Ante la pregunta de si no es necesario reforzar el operativo de rescate, Iñiguez descartó que haya otra posibilidad para salvarla. «No hay otro operativo más intenso que pueda hacerse más que guiarla con las embarcaciones y esperar que cambien las mareas. Estamos aplicando los protocolos. Lo más intenso que podemos hacer es trabajar con muchas embarcaciones. No es fácil, ya que son animales muy grandes que pesan hasta 40 toneladas. No existe otro sistema», argumentó.
Nicolás Gandolfo
El cetáceo apareció ayer a la mañana en Puerto Madero y desde entonces lucha por volver a su hábitat. Veintidós horas después, la ballena continúa extraviada adentro del puerto con dos embarcaciones que intentan orientarla hacia el Atlántico. En tanto, vecinos y turistas se sorprendieron al ver al animal de unos 6 metros nadando en los diques del puerto y aprovecharon para fotografiarla.
Especialistas informaron que la ballena jorobada mide 4.5 metros y pesa una tonelada al momento de su nacimiento, en tanto que los machos adultos llegan a medir 14 metros y pesar hasta 40 toneladas. Desde la ONG Vida Silvestre explicaron que «más allá de que puede aguantar la poca salinidad del agua, tiene que buscar de nuevo el mar», por lo que de inmediato se dispuso un operativo por parte de Prefectura Naval.
«En realidad lo mejor es esperar a ver si puede encontrar su camino hacia el mar», expresaron desde esa organización, aunque indicaron en caso de que no pudiera salir se debe arriarla. Pasadas las 17, un gomón de Prefectura Naval intentaba acompañar su recorrido.
La ballena «se desorientó y estamos haciendo circular un gomón en su derredor con especialistas y personal de la fuerza para guiarla otra vez hacia aguas abiertas que es su hábitat natural y evitar que se lastime», dijo ayer a la agencia Télam un vocero de Prefectura.
Mariano Sironi, director del Instituto de Conservación de Ballenas, aclaró que esa especie puede aguantar poca salinidad aunque «en caso de tener pequeñas heridas, el agua dulce no ayuda a la cicatrización». Respecto a las tareas de rescate, aclaró que no es algo fácil y que «con más de un bote se facilitarían las cosas porque se cierra el paso y sólo se le deja el de la salida al mar».
Por su parte, el especialista en avistamiento de ballenas Pablo Fiaramonti habló con «Chiche» Gelblung y explicó que «se está intentado hacer un barrido en sentido contrario al que tiene que dirigirse la ballena para lograr salir de la dársena en la que se encuentra». Lo que se intenta es impedirle el paso en el sentido contrario a la salida para luego «arriarla» hacia el lugar correcto.»Hay que navegarle en contra», afirmó el presidente de la Asociación de Guías Balleneros de Puerto Pirámides.
Respecto a las posibilidades de supervivencia del animal, sostuvo que hasta el momento no cree que la falta de alimento sea una causante de muerte del animal. «El animal está estresado y nervioso. Posiblemente ni siquiera necesite comer en este estado», profundizó. Sobre la alimentación, detalló que comen krill, unos crustáceos minúsculos que se encuentran en las profundidades del océano, bastante lejos de las placas continentales, por lo que «no hay con qué alimentarlo».
Fuente: infobae.com