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El regreso del buque Falkor Too al puerto de Buenos Aires puso punto final a una de las expediciones oceanográficas más cautivadoras y comentadas de los últimos años en la Argentina. La campaña Talud Continental IV, realizada en conjunto por el CONICET y el Schmidt Ocean Institute, no solo aportó valiosa información científica sobre el cañón submarino de Mar del Plata, sino que también acercó ese universo remoto a decenas de miles de personas gracias a una transmisión en vivo que rompió récords de audiencia y viralizó las imágenes de un mundo hasta ahora casi desconocido.
El líder de la misión, Daniel Lauretta, investigador del Museo Argentino de Ciencias Naturales (MACN), describió la experiencia desde la dársena donde atracó el barco, con una mezcla de orgullo y entusiasmo: “Nos íbamos sorprendiendo todos al mismo tiempo”. La frase refleja la esencia del proyecto: un puente entre la ciencia y la sociedad, donde el asombro de los investigadores se compartió en tiempo real con el público.
El operativo no fue menor. Durante tres semanas, más de 30 especialistas de distintas instituciones argentinas y del exterior trabajaron a bordo para explorar una zona clave del Atlántico Sur.
El buque transportó al robot submarino ROV SuBastian, capaz de descender hasta los 3900 metros y maniobrar en entornos de oscuridad total, temperaturas cercanas a los 0 °C y presiones aplastantes. Desde allí, envió imágenes en alta definición que revelaron no solo la diversidad biológica del cañón, sino también la presencia de microplásticos y otros residuos humanos.
Fuente: Infobae