Una empresa española y un pago de USD 600 mil: las sospechosas contrataciones detrás del avión venezolano-iraní

La empresa Emtrasur fue contratada por la firma Alcux Air Spain para el vuelo entre México a Buenos Aires. A su vez, la empresa de logística involucrada, Fracht, involucró a Aerocharter México. Por qué se demoró el vuelo



No Banner to display

La contratación del avión venezolano-iraní para trasladar un cargamento de autopartes desde México a Buenos Aires incluye una sospechosa cadena de empresas de varios países que se contratan entre sí. Esa trama acaba de sumar un nuevo protagonista: según información a la que accedió Infobaela empresa venezolana Emtrasur fue contratada por Alcux Air Spain, una firma con sede en Barcelona que tiene pocos antecedentes comerciales. En total se habrían pagado USD 600 mil para hacer el vuelo entre el aeropuerto de Querétaro (México) y Ezeiza.

El contrato estipulaba un vuelo para el 2 de junio. Efectivamente el viaje entre Venezuela y México estaba previsto para ese día. En diálogo con Infobaeel titular de la Secretaría de Desarrollo Sustentable (Sedesu) del gobierno de Querétaro, Marco Antonio Del Prete Tercero, confirmó que el vuelo se retrasó dos días porque no contaba con la autorización de la Agencia Federal de Aviación Civil.

“Una vez que se presentó el certificado de aeronavegabilidad, el certificado de registro, los seguros nacionales e internacionales, el certificado de aeronavegabilidad del país bandera, es decir Venezuela, y los documentos de la tripulación se procedió a autorizar la operación”, detalló el funcionario mexicano.

El avión finalmente aterrizó en México el 4 de junio a las 6:49. Su salida a Buenos Aires se postergó unas horas más por “requerimientos operacionales”. “Tuvieron que acomodar la carga de cómo estaba prevista para transportarse dada la configuración del avión”, explicó Del Prete Tercero. Finalmente, partió el domingo 5 de junio desde el aeropuerto de Querétaro.

El contrato entre Alcux Air Spain y Emtrasur tiene apenas una carilla y solo determina una serie de penalidades por un posible retraso.

Hay otro dato que llama la atención: la empresa española tiene escasos antecedentes y un administrador, Juan Manuel Bataller Rosa, que aparece en una docena de empresas de diferentes rubros.

Hasta ahora se sabía que el importador involucrado fue SAS Automotriz. Esa firma comercializa asientos y panel de instrumentos para el Volkswagen Taos que se produce en la planta de General Pacheco. Ante el escándalo, SAS responsabilizó a Fracht, una empresa de logística con sede en Suiza y sucursales en 40 países. “La relación entre el forwarder (Fracht) y la compañía aérea para que las mencionadas piezas lleguen a la Argentina es algo que SAS Automotriz Argentina SA desconoce y no tiene relación alguna”, dijo a través de un comunicado.

Volkswagen también se desligó del avión desde el comienzo: “La relación entre el forwarder (agente de carrera) y la compañía aérea para que las piezas para la producción de las mencionadas partes lleguen a la Argentina es algo que Volkswagen Argentina desconoce y no tiene relación alguna con los hechos sucedidos”.

Faltaba la palabra de la empresa de logística. Llamativamente, decidió echarle la culpa a una empresa mexicana. “Con la única intención de mover la carga aérea desde México para su cliente, Fracht contrató a la empresa Aerocharter México, quien asumió la completa responsabilidad sobre ese vuelo”, dice un comunicado del forwarder.

“Todos tercerizan y subcontratan …el transporte marítimo está colapsado y no hay aviones. Cuando hay apuro para traer una carga pasan estas cosas, los fortwarder salen a buscar cualquier avión”, explicó un experto aerocomercial.

Fuente: Infobae

Publicado en: Mundo, Noticias, Política, Sociedad   Etiquetas: , , ,


Articulos relacionados