Una ciudad argentina se declaró “pet friendly” y permitirá ingresar con mascotas a bares y restaurantes

El Concejo Deliberante de Bahía Blanca aprobó por unanimidad la medida con la intención de adaptarse a una tendencia mundial; habrá beneficios fiscales



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Bahía Blanca se declaró este jueves como una ciudad “pet friendly” y autorizó así que bares y restaurantes puedan recibir a clientes con sus mascotas, perros y gatos, en el interior de sus instalaciones. La iniciativa supone beneficios fiscales para quienes se adhieran.

El Concejo Deliberante aprobó la medida por unanimidad, a instancias de un proyecto enviado por el municipio. La ordenanza promueve la adhesión de los locales gastronómicos en forma voluntaria y no constituye una obligación, según consignó el sitio local La Nueva.

La ordenanza no obliga a los locales a adherirse, sino que queda a criterio de cada dueño”, informó el secretario general de la comuna, Pablo Romera, al presentar el proyecto. Cada propietario evaluará si le conviene tener un espacio determinado o todo el local destinado a mascotas. No queremos generar burocracia sino una oportunidad que tienen beneficios impositivos”, añadió.Según se especificó, los bares y restaurantes que se declaren “pet friendly” tendrán una reducción del importe correspondiente a la Tasa de Seguridad e Higiene, “equivalente a tres módulos de Servicios Especiales de Limpieza por mes”.

Es una corriente que está pasando en el mundo”, afirmó el veterinario Roberto Giménez, uno de los promotores del proyecto. “La gente considera al animal cada vez más parte de la familia y de alguna forma esto favorecería al turismo para que pueda disfrutar de la ciudad”.

Distintas ciudades han comenzado a ser más receptivas respecto al ingreso de animales. En Estados Unidos, Nueva York y Carolina del Sur, se destacan, pero también Granada, en España, que cuentan con distintos establecimientos en los que los clientes puedan consumir junto a sus mascotas.

La capital de Hungría, Budapest, mostró en el Día Mundial del Gato, en febrero, que algunos establecimientos aceptaban que las personas fueran a los bares con sus mascotas.

Fuente: La Nación