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La cantidad de muertos por el terremoto de magnitud 7,8 que sacudió el lunes a Turquía y Siria supera las 15.000 personas y los heridos ascienden a 57.000, según el nuevo balance difundido hoy, mientras los equipos de rescate seguían buscando sobrevivientes en medio del frío y la devastación.
El responsable de la Media Luna Roja turca, Kerem Kinik, advirtió que las primeras 72 horas eran críticas en las labores de rescate, pero señaló que estas se veían entorpecidas por las «severas condiciones meteorológicas».
Aun así, los trabajadores de emergencia pudieron salvar hoy a varios niños encontrados bajo un bloque colapsado en la castigada provincia turca de Hatay, donde municipios enteros desaparecieron.
«De repente oímos voces (…) Inmediatamente oímos las voces de tres personas al mismo tiempo», dijo el socorrista Alperen Cetinkaya. «Esperamos más de ellos (…) las opciones de sacar gente con vida aquí son muy altas», agregó.
El saldo provisional de la tragedia ya se eleva ya a 15.383 muertos, informó la agencia de noticias AFP.
La Autoridad de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD), dependiente del Ministerio del Interior turco, señaló que «después del primer terremoto se han registrado otros 648, siendo el de mayor magnitud uno de 7,6 con epicentro en Elbistan», antes de confirmar que en las zonas afectadas se encuentran desplegados más de 96.000 agentes, trabajadores de organizaciones no gubernamentales, equipos de búsqueda y rescate y voluntarios.