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Uno de los resultados de la última negociación entre el Gobierno y el Fondo Monetario Internacional fue que el equipo económico tendrá que asegurar una tasa de interés positiva contra la inflación tras una primera etapa de marcada licuación de los pesos. El mercado ya empieza a considerar qué debería pasar para que una política de tasas de interés superiores a la suba de precios sea sostenida y concreta para el sistema financiero
El FMI decidió no ceder en la última revisión trimestral de metas al analizar cuáles deberían ser los próximos pasos de política económica y se ajustó a su manual tradicional, que indica que la tasa de interés debe ser positiva. Se trata de alentar el ahorro en moneda local y evitar que los ahorristas elijan dolarizarse. En otras palabras, alentar lo que los economistas llaman la “demanda de dinero”.
“La tasa de política real debería volverse positiva para respaldar la demanda de pesos y la desinflación”, dijo expresamente la subdirectora del FMI Gita Gopinath.
Como una suerte de preanuncio, horas antes, Luis Caputo había anticipado tras la última licitación de Letras del Tesoro (a 4,25% de tasa interés mensual, levemente superior a la inflación de mayo), que la “etapa de la tasa de interés negativa culminó”.
La interpretación de mercado fue que ese factor fue uno de los exigidos en el marco de la negociación como una acción previa (prior action), que suelen ser habituales antes de cristalizar la declaración de apoyo y desembolsos, como el que hizo el organismo el jueves a la tarde noche.
Fuente: Infobae