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Nicolás Ramírez será el árbitro del Superclásico entre Boca y River que se jugará el domingo 9 desde las 16.30 en la Bombonera. La designación anunciada por la AFA a través de la Liga Profesional se demoró un par de días porque el miércoles por la noche el referí dirigió la final de la Copa Argentina entre Argentinos Juniors e Independiente Rivadavia, que consagró al equipo mendocino.
Fue un duelo caliente el que se vivió en Córdoba y Ramírez fue protagonista. Expulsó a dos jugadores de la Lepra, se cruzó y recibió una catarata de insultos de parte de Alfredo Berti, DT del conjunto que terminó siendo campeón, y adicionó casi 15 minutos en el segundo tiempo. De ahí las quejas de los cuyanos. Para el área que maneja Federico Beligoy, los cuestionamientos al árbitro que mide casi 1,90 metros de altura no fueron suficientes, y su tarea fue recompensada con la designación al choque en La Boca.
Considerado uno de los mejores árbitros del fútbol argentino, encargado de dirigir finales, desempates y clásicos, no sólo de la Liga Profesional sino también de la Primera Nacional, Ramírez conducirá su tercer Superclásico. A sus 38 años de edad, el nacido en González Catán estuvo al frente de los últimos dos, y en ambos el ganador fue River.
En el primero, disputado el 21 de septiembre del año pasado en Brandsen 805, el equipo que ya dirigía Marcelo Gallardo se impuso ante el que conducía Diego Martínez por 1-0, con gol de Manu Lanzini. Sobre el final se dio una polémica que se siguió discutiendo durante toda esa semana y todavía la recuerdan los hinchas del Xeneize. Milton Giménez marcó el empate pero Ramírez revisó el VAR y anuló ese tanto porque el delantero había tocado la pelota con la mano justo antes de que ingresara. Fue sin intención pero el reglamento le daba la derecha al juez.
Sin embargo, el reclamo de Boca todavía perdura: es que en esa misma acción, Franco Armani le cometió penal a Giménez, por lo que no debía convalidarse el gol pero sí la infracción del arquero. Personalidades del referato como Javier Castrilli apoyaron esa mirada, no contemplada por Ramírez ni por el VAR, que estuvo a cargo de Héctor Paletta, casualmente el mismo nombre que tendrá revancha este domingo.
Con ese antecedente a cuestas, Ramírez fue designado nuevamente para el Superclásico siguiente, el último que enfrentó a River y Boca en el histoirial, el pasado 27 de abril. Fue la tarde en que Franco Mastantuono la clavó de tiro libre marcando el 2-1 definitivo, partido consagratorio que terminó precipitando su temprana venta al Real Madrid. Y un resultado que derivó en la renuncia de Fernando Gago como técnico xeneize.
Fiel a su estilo, Ramírez condujo ese segundo choque con autoridad y haciendo sentir el rigor de sus tarjetas cada vez que el partido amagó con irse de sus carriles. Amonestó a un total de 11 jugadores, de los cuales tres fueron antes de los 23 minutos de juego y todos en Boca: Belmonte, Costa y Rojo. Los dos primeros con amarilla en River llegaron después del 2-1: Acuña y Borja. Pero en el balance no hubo polémicas y el VAR no necesitó llamarlo.
Fuente: Clarín