Este temor se hizo realidad, ya que Payne cayó del balcón hacia un patio interno, desde unos 14 metros, y murió.
El jefe del SAME, Alberto Crescenti, precisó que «presentaba lesiones gravísimas, incompatibles con la vida, producto de su caída».
«O sea, tuvimos que constatar fallecimiento, no hubo posibilidad de reanimación ni nada», explicó.
Ahora se espera conocer los resultados toxicológicos que también se hicieron en la autopsia, para confirmar si el músico estaba drogado y alcoholizado, como se sospecha según los testimonios de quienes lo vieron en el hotel y también por lo que encontró la Policía dentro de la habitación.
Entre otras cosas, había una botella de champagne y una botella de whisky semivacías. Además, un polvo blanco que sería cocaína, fragmentos de latas quemadas (que podrían haber sido usadas para fumar la droga), papel metálico, un encendedor y un teléfono celular, del que se realizarán pericias.
El cuarto presentaba importantes destrozos, como la pantalla del televisor LED. Los testigos advirtieron los ruidos y avisaron a los responsables del hotel. Junto a él había estado su novia, la influencer estadounidense Kate Cassidy (25), quien se fue a Miami dos días antes de la tragedia.

Payne había llegado a la Ciudad de Buenos Aires para hacer una aparición en el show que dio su ex compañero de banda, el irlandés Niall Horan (31), el 2 de octubre en el Movistar Arena.
Fuente: Clarín