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La represión policial a la movilización de los jubilados al Congreso en reclamo por la recomposición de sus haberes, que contó el miércoles con el apoyo de hinchas de varios clubes de fútbol, dejó un total de 124 manifestantes detenidos -la mayoría de los cuales fueron liberados- y una veintena de heridos, entre ellos un fotógrafo que lucha por su vida en el Hospital Ramos Mejía. Mientras tanto, en el Gobierno siguieron de cerca los acontecimientos que devinieron en una protesta frente a Casa Rosada y concluyeron con un cacerolazo en la Plaza de Mayo que tuvo réplicas en varias partes del país.
El día después de la marcha, en Balcarce 50 salieron a cuestionar la protesta y la estrategia de comunicación oficial apunta a plantear un escenario desestabilizador. En esta línea, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, afirmó: “Se les ocurrió la original idea de poner barrabravas a defender los derechos de los jubilados y eso provocó los disturbios que vimos ayer: la generalización de la violencia. Esta marcha estuvo organizada al grito de que se vayan todos, lo que se pretende es una especie de golpe de Estado”.
En tanto, el miércoles por la noche el propio Javier Milei difundió una publicación del subsecretario de Prensa, Javier Lanari, en la cual éste aseguraba que se trató de un «intento de golpe de Estado». Horas después, el funcionario fue oficializado en su cargo, según trascendió en el Boletín Oficial.
Igual tono utilizaron influencers y comunicadores cercanos al Gobierno como Daniel Parisini, alias «Gordo Dan», quienes vincularon la movilización con sectores del kirchnerismo y la izquierda. En Balcarce 50 la estrategia para abordar la movilización comenzó en los días previos, cuando la ministra de Seguridad Patricia Bullrich catalogó el evento como “La Marcha de las Barras Bravas”, consigna que fue replicada en off por varios funcionarios de Gobierno y en on por el vocero presidencial Manuel Adorni. Ante una consulta de Ámbito, el portavoz la definició como «una marcha de barrabravas de corte izquierda kirchnerista».
En el Gobierno por estas horas intentan bajar el tono y deslizan que la foto política de la represión en el Congreso no afecta a la gestión libertaria porque «la gente sabe que son todos delincuentes». Fuentes de diálogo directo con Javier Milei señalaron también que el episodio no modificará el plan económico.
Según las encuestas que aseguran manejar en las fuerzas del cielo, la implementación de medidas de ajuste no le han hecho al Ejecutivo perder legitimidad, sino que al contrario, «la gente lo ve como una señal de compromiso con el rumbo».
Fuente: Ámbito