Las mujeres que trabajan en tecnología paran para denunciar discriminación y abuso en el sector

Se concretará el jueves 23 de febrero en todo el mundo para protestar por las barreras para acceder a cargos jerárquicos, la desigualdad y el abuso que sufren las trabajadoras del sector. La medida incluirá estar ausente de las redes sociales.



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La huelga forma parte del proyecto Denegación Distribuida de Mujeres (DDM), «una reacción al pobre trato que las mujeres involucradas en carreras tecnológicas experimentan regularmente, desde los altos incidentes de acoso hasta salarios inferiores a los estándares. Definitivamente hay una desventaja en relación con sus pares masculinos», dijo a Télam desde Estados Unidos, Coraline Ada Ehmke, impulsora de la iniciativa.
«La tecnología es un ‘club de muchachos’ y las mujeres del sector a menudo tienen una lucha difícil para ser reconocidas por su trabajo y sus logros», agregó Ehmke, ingeniera que trabaja en GitHub, una plataforma de desarrollo colaborativo, con tareas en el equipo de Comunicación y Seguridad construyendo funciones de gestión comunitaria y anti hostigamiento.
Algunos de los datos que aporta el manifiesto elaborado para convocar a la protesta indican que a las mujeres técnicas se les paga alrededor de un 28% menos que a los hombres con la misma educación, años de experiencia y edad.
También, que ellas constituyen menos del 11% de los ejecutivos de Silicon Valley, la región estadounidense ubicada en California que alberga la mayor cantidad de empresas tecnológicas.
Para las mujeres «existe el doble de probabilidad que los hombres de abandonar por completo la industria de la tecnología, refiriendo cuestiones de trabajo y cultura, y ellas están en una posición aún más precaria si son transgénero, disidentes de género o mujeres negras», detalla el documento del DDM.
La huelga del 23 de febrero «es para sensibilizar sobre el papel fundamental que desempeñan las mujeres en el sector tecnológico. Pedimos a las mujeres que se queden en casa sin trabajar y se abstengan de usar las redes sociales. El punto es hacer sentir el impacto de nuestra presencia mostrando al mundo lo que sucede cuando no estamos allí», pidió Ehmke.
Desde México, la activista colombiana Juliana Guerra contó a Télam que las latinas se suman al paro «para visibilizar a mujeres que trabajan en la industria tecnológica, pero no necesariamente en cargos ejecutivos y espacios centralizados, porque ¿Quiénes, por ejemplo, se encargan de fabricar la infraestructura? ¿Quienes sostienen el tráfico de internet?».
Otra idea para aportar a esa jornada «es exigir a las empresas que tienen grandes capitales en la industria tecnológica, a que rindan cuentas respecto a las condiciones laborales y a su política de inclusión de género en sus espacios laborales», explicó Guerra, del equipo de comunicación e incidencia de Derechos Digitales, una organización que trabaja temas de derechos humanos y tecnología en América Latina.
Tanto la activista estadounidense como la latinoamericana coinciden en que, además de denunciar la discriminación, la protesta tiene que servir para mostrar el trabajo de las mujeres en las áreas tecnológicas.
«La respuesta en todo el mundo ha sido alentadora. Varios grupos de justicia social y de defensa de la mujer han prometido su apoyo para difundir el mensaje y planificar las manifestaciones públicas. Esperamos realmente hacer un impacto este año y seguiremos luchando de cualquier manera que podamos por el trato equitativo de las mujeres en nuestra industria», resaltó Ehmke.

Fuente: Telam



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