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Poco después del mediodía, medio centenar de miembros de la comunidad mapuche montaron un acampe para seguir el juicio de extradición a Chile de Facundo Jones Huala, que comenzará hoy, a las 8, en un gimnasio municipal en la periferia de Bariloche.
Desde hace dos días en esa zona se dispuso un intenso dispositivo de seguridad, por parte de fuerzas federales y provinciales, que montaron retenes que impiden la circulación en torno a unos 500 metros del predio donde se realizará la audiencia.
A pesar de los retenes y el riguroso control de los efectivos federales, durante la tarde el clima era distendido en esa zona apartada del centro de Bariloche.
El lugar elegido para realizar el juicio de extradición, un gimnasio municipal alejado del centro, encapsuló el reclamo mapuche en apenas medio centenar de manifestantes, que instalaron ayer a la tarde tres carpas sobre el asfalto de la avenida Esandi, que conduce a la ruta 40.
La convocatoria del Movimiento Mapuche Autónomo del PuelMapu tuvo menos adhesión de la esperada, y sobre todo perdió respaldo político de parte de organizaciones gremiales y sociales tras el desenlace del caso de Santiago Maldonado. Entre otros, justamente, estaba Matías Santana, el mapuche que declaró haber visto cómo la Gendarmería se llevaba a Maldonado y que enfrenta acusaciones de falso testimonio en la Justicia.
En las horas previas al juicio, que será el segundo que enfrentará Jones Huala -ya pasó por un proceso similar en 2016 en Esquel-, en Bariloche reinaba un clima de indiferencia entre los pobladores, en medio de un operativo de seguridad del que participan más de 300 gendarmes y policías provinciales.
Omar Villacorta, de la Comisión de Familiares de Petroleros de Las Heras, de Santa Cruz, quien viajó para respaldar a Jones Huala, admitió que «este reclamo quedó aislado después del caso de Maldonado y el crimen de Rafael Nahuel».
Los familiares de Nahuel se manifestaron el lunes pasado en el Centro Cívico de Bariloche para exigir justicia por la muerte del joven, que recibió un balazo durante una toma del grupo RAM en Villa Mascardi. En la causa no hay ningún detenido.
Fuente: La Nación