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Mientras espera los resultados de los estudios médicos a los que fue sometida para decidir si puede o no viajar a Roma, la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, habló sobre la repercusión que tuvo la noticia de que el papa Francisco le concedió una audiencia privada en el Vaticano. «Si todo sale como hasta ahora -mañana tengo el último estudio-, sí voy a ir a ver al Papa», contó Bonafini, y añadió: «Hace mucho tiempo que tenemos una fluida conversación» con Francisco, «yo le he escrito y él me ha contestado».

En el pasado, Bonafini fue crítica del entonces cardenal Jorge Bergoglio, algo que, dice, el propio Bergoglio sabe. «Yo tuve muchas discusiones con él, él lo sabe muy bien. Creen que el Papa no lo sabe, yo las tuve y las reconozco», sostuvo, y agregó que la polémica que rodea su viaje se da porque «creen que tengo tanto poder como para cambiarle el pensamiento al Papa».

Sobre la toma de la Catedral de Buenos Aires, en enero de 2008, la titular de Madres explicó que lo hizo «para que Macri pagara los sueldos». «Se me ocurrió que como Bergoglio era amigo de (Gabriela) Michetti, Michetti iba a intervenir para que pagaran los sueldos. Y es lo que pasó: a las seis de la tarde pagaron los sueldos», relató.

Para ejemplificar el diálogo que mantiene con el Papa, Bonafini recordó el pedido que hizo «en el pasado» para que «hiciera una misa por los sacerdotes del Tercer Mundo y por las monjas que fueron desaparecidos en todo el continente», pero se reservó el contenido general de los intercambios porque «son cosas privadas». «No voy a contar lo que hable con el Papa. Es una audiencia privada», sentenció.

Francisco «es un hombre muy informado» que «está transformando muchas cosas», dijo Bonafini, y agregó que la audiencia privada -a la que irá con su secretaria y su médica- fue una resolución «del Vaticano».

Bonafini aprovechó la oportunidad para calificar la gestión macrista como «catastrófica», «sobre todo por los despidos y la violencia contra la gente en los barrios», y se refirió a la reunión que tuvo el ministro de Justicia Germán Garavano con la defensora de militares procesados por su actuación durante la última dictadura Cecilia Pando: «Hace rato que quieren perdonar a los asesinos y darle un lugar en la ESMA. No es ninguna novedad».

Entre los dirigentes de su agrado, elogió a Agustín Rossi -«un gran tipo»-, dijo que de Axel Kicillof le gusta «su simplicidad»: «Es un tipo muy inteligente, muy humilde, uno lo puede ver por el barrio, caminando».

Por último, cargó contra Florencio Randazzo -«la gente que se da vuelta muy rápido no me gusta»- y Daniel Scioli, a quien responsabilizó por la derrota del Frente para la Victoria.

Fuente: Infobae.com