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Según pudo constatar Télam, el flamante canciller le transmitió a su equipo de colaboradores más cercano su preocupación por la pobreza: «Argentina tiene un problema grave que es tener mucha pobreza en un país muy rico. Se gastaron enormes recursos en la década anterior sin reproducir riqueza. Hay que dar una respuesta desde la política exterior al desafío tecnológico global que afecta puestos de trabajo».
Con esa meta -y con el aval de la Casa Rosada-, Faurie ratificó en las últimas horas ante funcionarios del Palacio San Martín lo anticipado por Télam el jueves pasado: analiza fusionar subsecretarías y trabajar en abreviar pasos en la burocracia ministerial para agilizar los resultados en la concreción de negocios, además de relocalizar staff diplomático para llevarlo a embajadas que ofrezcan mejores oportunidades.
El canciller dejó en claro al funcionariado diplomático que «se deben construir mejor las metas y enfocarse en los objetivos de comercio. Hay buen trabajo diplomático pero falta traducirlo en hechos concretos. Cada embajada y despacho debe asumir el rol de gestores de negocios».
Ex alumno del papa Francisco en las clases de religión en su escuela secundaria -es santafesino como su predecesora Susana Malcorra- Faurie es el diplomático con rango de embajador más antiguo del servicio exterior de la Nación y tiene un conocimiento del plantel de la Cancillería mucho mayor al de los ministros anteriores, lo que también influye en sus decisiones y en poner la mirada en el staff.
Fuente: Télam