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Ricardo Arriazu, el consultor económico más escuchado por el presidente Javier Milei, mostró proyecciones inéditas sobre el sector energético que entusiasman al equipo económico. Durante las Jornadas Monetarias y Cambiarias que realizó esta semana el Banco Central, Arriazu estimó que la balanza energética podría cerrar este año con un superávit de US$6000 millones.
La balanza comercial energética es un saldo que da cuenta de la diferencia entre las exportaciones y las importaciones de energía. Para tomar dimensión del impacto que tiene este sector en toda la economía, basta ver qué pasó con el saldo comercial durante el 2023: en todo el año pasado, la balanza comercial de la Argentina cerró negativa en US$6926 millones. Por lo que solo el sector energético podría revertirlo.
Desde el Palacio Libertad, Arriazu lanzó en el escenario sus proyecciones sobre la balanza comercial para el sector energético. El economista afirmó que en 2022 fue deficitaria, por lo que se fueron por este sector US$4200 millones. En 2023 cerró neutra, y en 2024 espera que el saldo sea superavitario en US$6000 millones. Sería la primera vez que el cierre es favorable en 14 años.
En tanto, para el 2025 se mostró aún más optimista: proyectó que la diferencia entre el ingreso y egreso de dólares por la energía cerrará en US$13.000 millones positivos. El dato generó ilusión en todo el auditorio. Junto a Arriazu en el escenario se encontraban Federico Furiase, director del Banco Central, y el vicepresidente de la entidad, Vladimir Werning.
Fue Werning quien, en un viaje a Nueva York, en Estados Unidos, le mostró una presentación a inversores en la que estimaba que las inversiones solamente en el sector de la energía, canalizadas vía el Régimen de Incentivo a Grandes Inversiones (RIGI) de cara al 2030, ascenderán a US$54.000 millones.
Fuente: Tn