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El presidente Javier Milei optó junto a su equipo que lo que imperara fuera el mensaje de su discurso de ayer a la noche en el búnker de La Libertad Avanza, en el que llamó a un amplio acuerdo con los gobernadores y legisladores que estén dispuestos a debatir diferentes iniciativas reformistas de cara al año próximo, cuando el Congreso Nacional tomará especial vitalidad para la hoja de ruta libertaria.
En la previa de las elecciones, todas las tribus del oficialismo comentaban que iba a haber cambios estructurales en el Gabinete: tanto por las salidas anunciadas de funcionarios a los respectivos cargos legislativos en los que fueron electos como por modificaciones estructurales en el sistema de toma de decisiones políticas al interior del Ejecutivo. Esto último no es otra cosa que decidir qué sector de la Casa Rosada iba a tener mayores atribuciones en términos gubernamentales o tareas específicas para negociar con la oposición dialoguista.
“El Gabinete se va a construir a la luz del nuevo Congreso. Lo importante es conseguir las reformas. El instrumento es el nuevo Gabinete y lo tengo que armar”, aseguró en diálogo con el periodista Antonio Laje en A24.
De todas maneras, el jefe de Estado ya tiene en mente a quiénes pondrá en el nuevo esquema del Gabinete. Parece ser una certeza que después de haber ganado con el 50% de los votos en la Ciudad, la ministra de Seguridad Nacional, Patricia Bullrich, se ganó el derecho de elegir a su reemplazante. La persona que quiere es su secretaria de Seguridad, Alejandra Monteoliva.
El Presidente tiene decidido no fusionar Seguridad Nacional con el Ministerio de Justicia. La semana pasada, el titular de la cartera judicial, Mariano Cúneo Libarona, confesó a que a partir del lunes iba a renunciar a su cargo. Quien seguirá teniendo ascendencia en esa área será el asesor presidencial Santiago Caputo, quien tiene como principal representante al secretario de Justicia, Sebastián Amerio, que en los hechos es quien tiene el poder político en el Ministerio. Existe la posibilidad de que ascienda o que se le coloque a alguien arriba, pero que respete que el caputismo siga detentando la política judicial. Uno de los apuntados para este escenario era el intendente de General Pueyrredón, Guillermo Montenegro.
Fuente: Tn