El neuquino de 23 años se quedó luego con el el bronce en los 400 libre S7 y se convirtió en el primer atleta argentino en sumar dos o más medallas en los mismos Juegos desde Río 2016, cuando Hernán Barreto se quedó con los bronces en 100 y 200 metros de atletismo.
Justamente en ese deporte llegó el segundo oro albiceleste. Fue de la mano de Brian Impellizzeri, quien se coronó campeón en la prueba de salto en largo T37 (movimiento limitados en un lado del cuerpo) con una marca de 6,42 metros.
Así, la bandera argentina volvió a subir dos veces a lo más alto del podio por primera vez en 28 años. La última vez con dos oros había sido en Atlanta 1996, con Néstor Suárez en 100 metros T34 de atletismo y Betiana Basualdo en los 100 libre S2 de natación.
Los Murciélagos se llevaron una plata con un sabor muy dulce. El seleccionado argentino de fútbol para ciegos jugó un partidazo en la final ante Francia: empataron 1 a 1 en el tiempo reglamentario y terminaron cayendo por 3 a 2 en los penales. Fue la quinta medalla de su historia, tras las del mismo metal que había sumado en Atenas 2004 y Tokio 2020 y los bronces de Beijing 2008 y Río 2016. Y fue una medalla especial, porque llegó después de conseguir la primera victoria en unos Juegos ante Brasil, que había ganado los títulos en todas las ediciones disputadas previamente y al que bajaron el semis.
También se bañaron de plata Hernán Urra, que fue subcampeón en el lanzamiento de bala F35 por tercera edición consecutiva con una marca de 16,11 metros, nuevo récord panamericano; y Alexis Chávez, que terminó segundo en los 100 metros T36 y fue también bronce en los 400 metros. Ambos, en categorías para deportistas con movimiento y coordinación limitados.
Además de Basiloff y Chávez, sumaron bronces Antonella Ruis Díaz en lanzamiento de bala F41 (para atletas de baja estatura) y Fernando Vázquez en salto en largo T12 (discapacidad visual); Juan Samorano en los 70 kilos K44 (movimiento limitado o ausencia de una extremidad superior) de taekwondo; Paula Gómez en los 57 kilos J1 (discapacidad visual) de judo; Gustavo Fernández en el singles masculino del tenis en silla de ruedas; y Stefanía Ferrando y Rodrigo Romero en la prueba de parejas mixtas BC3 (limitación elevada de las extremidades) de boccia.
Las de Fernández y la dupla Ferrando-Romero fueron las primeras medallas paralímpicas de sus deportes. Por eso, la entrerriana fue elegida como abanderada argentina de la ceremonia de clausura, honor que compartió con Impellizzeri.
Argentina cerró con la mejor cosecha desde Arnhem 1980, cuando con solo once representantes se consiguieron 15 podios, cuatro oros, cinco platas y seis bronces. Y finalizó 37° en el medallero de París, que lideraron China con 94 oros, 76 platas y 50 bronces (220); Gran Bretaña con 49-44-31 (124); y Estados Unidos con 36-42-27 (105).
Con esas 13 medallas, hoy acumula 33 doradas, 69 plateadas y 76 de bronce en su historia paralímpica, que arrancó en la primera edición, Roma 1960, tiene asistencia perfecta y sumó un capítulo muy exitoso en la capital francesa.
Fuente: Clarín