Dudas en el Gobierno por los tiempos para debatir el temario completo de las sesiones extraordinarias

Sin las voluntades aseguradas, en Casa Rosada no descartan prolongar el período -termina el 20 de febrero- o ir al Senado desde marzo con los proyectos que tengan media sanción en Diputados



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Los tiempos son el talón de Aquiles del Gobierno en el período que impuso el oficialismo para las sesiones extraordinarias. Dos de las cuatro semanas pasarán entre negociaciones previas a las dos sesiones -por Ficha Limpia y PASO, principalmente- en Diputados. Y después deberán esperar siete días para ir al Senado. Y por ahora no ven sentido en tratar los pliegos de Lijo y Mansilla antes de que se termine el debate en la Cámara baja.

Los legisladores tienen cuatro semanas para tratar los siete temas que propuso el Ejecutivo. Y el Gobierno arrancó tarde: logró convocar a los bloques dialoguistas sólo después de la fecha de inicio, el martes pasado, porque alegaron que varios en su bancada estaban de vacaciones. Ahora, admiten en Balcarce 50, un mes no parece suficiente para culminar con todas las discusiones a tiempo.

Así lo advirtieron desde la oposición dialoguista en el Parlamento, y en la Casa Rosada no descartaron avanzar sólo con la media sanción para los proyectos en Diputados, y postergar hasta las ordinarias el resto de la discusión, en el Senado. “No tenemos apuro”, dijo, con tranquilidad, un importante asesor, y aseguró que es “posible y probable” que así ocurra.

Inclusive, en la Casa Rosada estarían dispuestos a patear el proyecto de reforma electoral y política, que entre otras cosas busca eliminar las elecciones primarias. Lo cual, en principio, sería poco ortodoxo, porque el año electoral ya está en curso. Pero a la tropa de Milei nunca le importaron las reglas no escritas de la política. “Tenemos tiempo hasta que arranque el cronograma electoral, en mayo”, dijo un asesor presidencial. Y dejó abierta la puerta a que se prolongue la discusión.

En la Casa Rosada se muestran sin cuidados con los tiempos. Saben que los votos están complicados para la reforma electoral, porque en los propios bloques de PRO y la UCR de Rodrigo de Loredo hay pruritos. Y en todo caso, podrían necesitar del bloque de UP, de quien dependerá también el futuro de los pliegos para la Corte Suprema, en el Senado.

Fuente: Infobae

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