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«La intención es retrotraer los precios al 30 de noviembre». Con el anuncio del fin del cepo cambiario, el ministro de Economía, Alfonso Prat-Gay, buscó contener a través de palabras los fuertes aumentos de precio en la primera semana de diciembre. Por ahora, se quedó en la intención.

Al poner la lupa sobre los precios de la carne, los fuertes aumentos de diciembre casi no dieron marcha atrás en el primer mes del año, y si lo hicieron, fue ínfimo el retroceso. En contra del pedido del Gobierno a los empresarios, algunos cortes subieron. Y como es casi ley en los últimos años, los cortes populares son los más afectados.

El kilo de cuadril acumuló una suba del 51% en todo 2015, pero el salto fuerte fue en diciembre: pasó de $96,83 a $119,68. En el primer mes de 2016, este corte bajó sólo siete centavos, según datos del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), que realiza relevamientos en más de 200 carnicerías y supermercados de la Capital Federal y el conurbano.

Los precios son promedios y valores referenciales, por lo cual el valor puede ser incluso mayor. En conferencia de prensa, Prat-Gay aseguró que fue al supermercado y vio que el kilo de asado estaba a 140 pesos. «Es excesivo», disparó. ¿Cuáles son los datos oficiales para este corte? El valor promedio del asado para enero es de $109,10, una caída de sólo tres pesos contra diciembre. Pero la suba del último mes de 2015 fue muy fuerte: el kilo escaló de $87,68 a $112,09, un incremento del 27,8 por ciento.

«Los frigoríficos vieron que se disparó el tipo de cambio y les liberaron las exportaciones. Tiene que resolver el problema de colocar cortes como el asado en el mercado interno y vender el lomo al exterior», aseguró una fuente del sector a Infobae. Y agregó: «¿Por qué sube la carne en el mostrador? Difícil saber. Creo que juegan con los precios, antes podían menos, y se aprovechan de eso».

¡No coman carne!

Con un precio de la carne que no para de subir, el Gobierno dio una sola respuesta oficial: que la población «se abstenga de consumir». Así lo sugirió el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, quien se mostró preocupado por los aumentos que registraron los cortes luego de que se eliminaron las retenciones en diciembre.

El funcionario responsabilizó por los incrementos a los supermercados y los carniceros. Es que el precio del ganado vacuno en el Mercado de Liniers, que subió un 22% en comparación a octubre pasado, registró un retroceso mayor al 6,7% en enero y esa caída no se vio reflejada en las carnicerías ni en los supermercados.

La nalga, otro corte popular, fue uno de los que menos subió en diciembre del año pasado. Avanzó un 7% y se vendió a $122,26 en promedio. En enero, bajó un 1 por ciento. Con todo, la suba interanual fue del 50 por ciento. El kilo de carnaza salía $62,95 en noviembre y subió a $76,54 en diciembre del año pasado, un incremento del 21% en tan sólo 30 días. Ahora, el corte bajó menos de un peso, una caída imperceptible para el bosillo.

La consultora privada Elypsis relevó un aumento de los precios del 2,8% en enero, ubicándose por debajo del 3,9% de diciembre. En el rubro de carnes, destacó que la baja fue del 0,1 por ciento, confirmando así los leves retrocesos que registra el IPCVA.

El lomo, que es un corte premium, tuvo una menor suba en diciembre que los cortes populares. Subió un 19% en ese mes hasta los $155,82, y ahora se ubica en un valor similar, aunque en las carnicerías de Capital Federal se vendía hasta por encima de los 200 pesos. El vacío subió 29% en diciembre y se ubicó en $129, con un leve retroceso de tres pesos en enero, un cambio que no logra recuperar la fuerte suba del último mes de 2015.

Fuente: Infobae