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Argentina figura entre los países que manifestaron disposición a revisar sus políticas comerciales frente a la nueva ofensiva arancelaria de Estados Unidos, según aseguró este martes el representante comercial estadounidense, Jamieson Greer ante el Senado. El país se encuentra entre los que propusieron reducir aranceles y barreras no arancelarias en línea con la estrategia de reciprocidad impulsada por la administración de Donald Trump.
El funcionario indicó que esta actitud refleja el interés de varios gobiernos por evitar una escalada en la tensión comercial y preservar el vínculo con la principal economía del mundo. Greer declaró ante el Comité de Finanzas del Senado que “casi 50 países” se comunicaron con su oficina para explorar mecanismos que permitan avanzar hacia condiciones más equilibradas. En ese marco, destacó que Argentina, junto con India, Vietnam e Israel, expresó su disposición a acompañar la política de Estados Unidos mediante la flexibilización de sus propias restricciones comerciales. La afirmación se dio días después de que la Casa Blanca anunciara la aplicación de aranceles globales a las importaciones, del 10% para países como la Argentina, pero superiores para bloques y países específicos como la Unión Europea o China.
La decisión de Washington generó una serie de respuestas por parte de los gobiernos afectados, mientras los mercados comenzaron a reflejar la preocupación por una posible recesión global. China, por ejemplo, respondió con aranceles recíprocos y advirtió que enfrentará las medidas estadounidenses “hasta el final”. Frente a este panorama, algunos países optaron por iniciar canales de diálogo con el objetivo de limitar el impacto económico de la ofensiva comercial. Argentina aparece dentro de ese grupo que, según los funcionarios estadounidenses, ya busca opciones para evitar una confrontación directa.
Greer remarcó que el nuevo enfoque busca corregir lo que el Ejecutivo considera una situación de desigualdad estructural en el comercio internacional. El representante comercial sostuvo que la política apunta a reducir el déficit y relocalizar la producción en territorio estadounidense, en un intento por revertir los efectos que, según dijo, provocaron la pérdida de empleos industriales durante las últimas décadas. En esa línea, atribuyó a gobiernos anteriores la responsabilidad por haber permitido que potencias como China ganaran terreno, incluso dentro de la Organización Mundial del Comercio.
Funcionarios del Gobierno de Trump también respaldaron la medida en distintas intervenciones públicas. El principal asesor económico del presidente, Kevin Hassett, aseguró en declaraciones a Fox News que la Casa Blanca recibió una gran cantidad de solicitudes para eliminar los aranceles, y anticipó que los contactos con Japón y Corea del Sur tendrán prioridad por tratarse de socios estratégicos. Por su parte, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, informó que hasta 70 estados presentaron pedidos para entablar negociaciones. Señaló que el Presidente accedió a abrir el diálogo debido al volumen de esas solicitudes, y no como reacción a la caída de los mercados.
Fuente: Infobae