El saber ocupa menos lugar en la puja distributiva de ingresos

En el último año los trabajadores no calificados recibieron una mejora de sus haberes del 39%. Los profesionales ganaron 28,6% más. Los técnicos percibieron incrementos de 20%.



No Banner to display

En el último año los trabajadores no calificados recibieron una mejora de sus haberes del 39%. Los profesionales ganaron 28,6% más. Los técnicos percibieron incrementos de 20%.




La serie del Indec de Distribución Funcional del Ingreso entre los jefes de hogar o el principal aportante de recursos monetarios al grupo habitacional muestra que al cierre del tercer trimestre de 2014 los profesionales tuvieron un renta promedio por su trabajo de 9.000 pesos, tres veces más que un empleado no calificado.

Sin embargo, mientras que los primeros tuvieron un incremento nominal de su ingreso medio del 28,6 por ciento -unos diez puntos menos que la tasa de inflación que midieron las consultoras privadas para los últimos doce meses- los segundos lograron evitar el deterioro de su capacidad de compra. Es que sus recursos monetarios crecieron al ritmo de la variación del promedio de precios de la economía, aunque con una media de 3.000 pesos se ubicaron 32% por debajo del salario mínimo vital y móvil que era de 4.400 pesos y ahora subió a 4.716 pesos.

También acusaron un fuerte deterioro de su poder adquisitivo en comparación con un año antes quienes contaban con una calificación ocupacional de operario y más aún los que registraban una capacitación técnica.

El ingreso de la ocupación principal del hogar con nivel técnico se estimó en 6.000 pesos por mes, con una suba de 20%, mientras que la de un operario se calculó en 5.000 pesos, con alza de 25 por ciento.

Y si bien la brecha nominal entre el salario promedio de los profesionales con el de los operarios sin calificación educativa es de apenas tres veces, en la práctica es aún menor, 2,4 veces, porque mientras a los primeros se les descuenta un 20% para su aporte a la caja de jubilaciones, obra social y en algunos casos hasta cuota sindical, en el de los trabajadores con la mínima instrucción el haber bruto y neto es igual.

Una sana política de inclusión social no debería sustentarse en una distribución del ingreso supuestamente «progresiva» de otorgarles más aumentos a las escalas de menor calificación educativa, sino a través de la inversión en educación con proyección laboral, para que crezca la capacidad de generar recursos por la vía del esfuerzo de cada persona, para que ningún trabajador revista en la categoría de «no calificado».

Fuente: Infobae

Publicado en: Economía   Etiquetas: , ,


Articulos relacionados