Puede ser único

Gallardo puede convertirse hoy en el primer hombre del club en ganar un torneo internacional como jugador y entrenador. Entraría en la historia grande de River.



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Gallardo puede convertirse hoy en el primer hombre del club en ganar un torneo internacional como jugador y entrenador. Entraría en la historia grande de River.




Ni Angel Labruna ni Ramón Díaz. El Feo es el goleador histórico y máximo símbolo del club, integrante de La Máquina y el hombre que le devolvió la gloria a River tras los 18 años sin vueltas olímpicas. El Pelado, discípulo de Angelito, es el entrenador millonario más ganador de la historia y capaz de levantar dos Copas. Sin embargo, ninguno de los próceres de Núñez consiguieron lo que esta noche puede lograr Marcelo Gallardo: ganar un título internacional como jugador y luego como técnico. Sí, en apenas seis meses, el Muñeco puede ser único.

Las páginas del último campeonato que trascendió las fronteras ya están amarillas. Fue, casualmente, en una situación similar a la actual, ya que aquel equipo de Ramón Díaz conquistó la Supercopa 97 el 17 de diciembre y cuatro días después, el tricampeonato. En ese histórico y brillante River estaba Gallardo, quien también había festejado la Libertadores 96, en ese caso como alternativa del Burrito Ortega (el enganche titular) o de Francescoli. En la Supercopa, en cambio, ya con el jujeño vendido al Valencia, el Muñeco fue una de las principales figuras a la par del Príncipe y el chileno Salas. Desde aquel 2-1 ante San Pablo (doblete del Matador), River no volvió a ganar un título internacional. Apenas accedió a la final de la Su-damericana 2003, también con Gallardo como jugador. Esta noche, el destino pone otra vez al Muñeco frente a una chance histórica, ahora desde otro lugar, sentado (bah, en realidad, parado y “sufriendo”) en el banco de suplentes, ya que puede escribir un capítulo inédito en la grandeza de River, algo que ni siquiera el más optimista de los hinchas -ni de los dirigentes- imaginaba al principio del semestre, cuando llegó para reemplazar a un Ramón que acababa de festejar otro campeonato.

Gallardo asumió con el desafío de potenciar al reciente campeón y, en un puñado de partidos, consiguió una producción futbolística brillante que hizo olvidar a la leyenda del Pelado. En la Sudamericana, el nivel nunca fue tan espectacular como en el torneo, aunque el equipo lució otros grandes atributos: el carácter, la mentalidad, la solidez defensiva e inteligencia para jugar partidos de eliminación directa. Ya logró el objetivo de imponerle a River la identidad que pretendía. Y hoy puede coronar su obra con una marca imborrable, para el club y para él: ser el único en levantar una Copa como jugador y técnico.

Fuente: Olé

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