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Siempre y cuando se reciba la autorización de la Anmat, en junio va a arrancar el ensayo clínico de fase tres en la Fundación Huésped y en otro centro del país, al que luego se sumarían otros seis que acaban de ser validados internacionalmente, destaca Luis Pliego, director médico y regulatorio para el sur de América Latina de Janssen, la empresa de Johnson & Johnson que está desarrollando el producto.
El estudio se realizará en 200 centros de Estados Unidos, Europa, México, Brasil, Perú y la Argentina, con el financiamiento de Janssen y organizaciones como los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de los Estados Unidos y la Fundación Bill & Melinda Gates. Según datos que trascendieron del protocolo, la Argentina va a contribuir con 600 participantes sanos, en principio hombres que tienen sexo con hombres de 18 a 30 años, quienes recibirán al azar un esquema de cuatro dosis de la vacuna o inyecciones inertes (placebo) en las semanas 0, 12, 24 y 48. Un estudio similar, pero en mujeres, ya está en marcha en el sur de África.
El seguimiento se prolongará cinco años, para constatar si la inmunidad se sostiene o no. Pliego sostiene que los resultados finales del estudio se esperan para 2023, «aunque va a haber análisis interinos que quizá requieran una aceleración a nivel mundial». Mañana, el médico belga Paul Stoffels, director científico de J&J, va a brindar más detalles del desarrollo, en el marco de un «día de la innovación» que organiza el laboratorio en el CCK y que contará con la presencia, entre otros, del secretario de Gobierno de Salud, Adolfo Rubinstein.
La expectativa es que la nueva vacuna brinde protección durante varios años o, incluso, de por vida. Si así fuera, podría barajarse la posibilidad de eliminar la enfermedad, un logro científico descomunal.