Carlos Tevez fue recibido con aplausos, pero falló un penal y no puede escapar del bajón futbolístico

No soy la primera opción para el técnico y lo acepto. Me toca sumar desde el lugar en el que estoy y lo acepto porque es el club que amo. Voy a estar preparado para cuando me toque jugar». Con esas palabras, se podría decir que Carlos Tevez prefirió mantenerse callado y ponerle buena onda al asunto: […]



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No soy la primera opción para el técnico y lo acepto. Me toca sumar desde el lugar en el que estoy y lo acepto porque es el club que amo. Voy a estar preparado para cuando me toque jugar». Con esas palabras, se podría decir que Carlos Tevez prefirió mantenerse callado y ponerle buena onda al asunto: en este nuevo semestre, con la llegada llena de jerarquía de Mauro Zárate, el ídolo está destinado a sentarse en el banco. Sin embargo, Guillermo Barros Schelotto le cedió la titularidad para el encuentro que este mediodía Boca le ganó a Talleres (1-0) en el debut por la Superliga, en una buena ocasión para verlo en acción más tiempo del que le estaban dando. Pero Carlitos parece mantenerse en el mismo estado, sin poder escaparse del bajón futbolístico.

El hincha de Boca, de todas maneras, lo mantiene en el altar: «Que de la mano, de Carlos Tevez, todos la vuelta vamos a dar», cantaron desde los cuatro costados de la Bombonera, a lo que el Apache devolvió con el saludo a cada uno de los sectores. Y no solo eso: la sensación que dominó el ambiente fue la de ansiedad por verlo marcar un gol y que el futbolista de 34 años tome una mayor confianza en este momento que le toca vivir: desde que retornó en 2015 desde Europa y en 2017 desde China, es la primera vez que los Mellizos lo sientan en el banco de suplentes para poner en su lugar a alguien que consideran en mejor estado. Por lo visto en los amistosos y en el comienzo de la temporada, no hay nada que reprochar: Carlitos hace tiempo que está por debajo de otros nombres.

Los fanáticos apenas disfrutaron de una genialidad suya en medio de una de las escasas jugadas asociadas que plasmó el conjunto de Barros Schelotto: la pelota le llegó tras una triangulación veloz y pintoresca por derecha, dio un giro fugaz como lo hacía el joven Tevez y con un caño a Juan Cruz Komar, que provocó el «ole» de la hinchada, quedó mano a mano con el arquero de la T, que le ahogó el grito y avisó que no se la iba a hacer pasar bien a Carlitos.

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