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Sin Lionel Messi, preservado por una sobrecarga muscular, el seleccionado argentino de fútbol derrotó 2 a 0 a Italia en un amistoso que se disputó en el Etihad Stadium de Manchester. Los goles fueron convertidos por Éver Banega y Manuel Lanzini.
Para el combinado dirigido por Jorge Sampaoli era una de las últimas pruebas fuertes antes de la Copa del Mundo de Rusia. El entrenador optó por probar sistema y nombres que no venía utilizando. El DT abandonó la línea de tres en el fondo y recurrió a una defensa con cuatro jugadores, entre ellos Fabricio Bustos y Nicolás Tagliafico por los laterales.
Otras novedades en la alineación titular fueron las presencias en el centro del campo de Manuel Lanzini, recostado sobre la derecha, y Giovani Lo Celso, reemplazante de Messi, sobre la izquierda.
Enfrente la renovación era aun mayor. El seleccionado italiano, que no jugará el Mundial de Rusia, está comenzando un proceso de reconstrucción total. Por eso el entrenador interino Luigi Di Biaggio apostó por muchos jóvenes para este amistoso y para el que disputará el martes ante Inglaterra.
Los europeos sorprendieron el duelo presionando bien arriba. Sin embargo Argentina, paciente en el manejo del balón, se acercó dos veces antes de los 15 minutos. Primero Gonzalo Higuaín no alcanzó a conectar en el área rival y luego Nicolás Otamendi, de cabeza, obligó a una buena respuesta del inoxidable Gianluigi Buffon.
La respuesta italiana, modesta, fue con un cabezazo de Marco Parolo que voló por arriba del travesaño, tras un tiro libre desde la izquierda de Lorenzo Insigne.
Con el correr de los minutos, los papeles fueron quedando claros. La iniciativa fue de Argentina, con Lo Celso y Lanzini muy participativos y Ángel Di María marcado diferencia, pero sin profundidad en los últimos metros del campo. Italia, bien abroquelado en su terreno, presionando intensamente, pero muy lejos del arco defendido por el debutante Wilfredo Caballero.
En el segmento final de la etapa inicial, Argentina le añadió profundidad a su prolijidad a así gestó dos chances claras para quebrar el cero. A los 43 minutos combinaron Lanzini, Higuaín y Di María en las proximidades del área. El jugador de París Saint-Germain, el mejor de la primera etapa, asistió a Tagliafico, que llegó a la carrera por la izquierda. Su remate fue controlado por Buffon.
Y apenas sesenta segundos después, nuevamente Di María, el hombre que le dio una marcha más al equipo, asistió en el momento justo. Esta vez el responsable de la definición fue Higuaín, que también chocó contra las manos de Buffon.