Se trató de un mensaje destinado sobre todo a los inversores, que en las últimas semanas castigaron a los activos argentinos. La caída de los bonos y el consiguiente aumento del riesgo país representa un escollo al plan de financiar el déficit a través de la colocación de deuda en los mercados.

La necesidad de avanzar en la aprobación de la ley de Financiamiento Productivo, que ya tiene media sanción en Diputados, fue uno de los principales pedidos del Presidente al Congreso. Se trata de un proyecto clave para poder captar inversiones a través de vehículos específicos como fondos comunes cerrados y darle más volumen al ahorro interno. Fue el otro mensaje concreto que destinó al sector empresario, que viene reclamando su sanción en forma insistente. Además, le daría un fuerte impulso a la operatoria local del mercado de capitales.

El otro proyecto que mencionó en el área económica fue el de blanqueo laboral. Ante la imposibilidad de avanzar con una reforma laboral más amplia, se optó -al menos en esta etapa- por ir por la inclusión de los que hoy trabajan en el mercado informal. «Se les reconocerán los años trabajados», tranquilizó el Presidente.

En definitiva, un mensaje sin mayores sorpresas ni grandes novedades. Pero confirmó, como alguna vez manifestó el propio Macri, que no hay un plan B en el horizonte.

Fuente: Infobae