Detuvieron a cuatro jóvenes que atacaron a un rugbier gay

El hecho ocurrió el 1 de diciembre y dejó a Jonathan Castellari con una fractura cerca de una de sus órbitas oculares y al borde de perder un ojo. La Fiscalía espera detener al resto de la 'patota' en las próximas horas
 



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El 1° de diciembre, cuando aún no eran las 7 de la mañana, Jonathan Castellari fue víctima de un episodio que no olvidará jamás: a la salida del McDonald’s de Avenida Córdoba al 3.100 un grupo de ocho personas lo golpeó salvajemente al grito de «hay que matarlo por puto». Una patada le provocó una fractura cerca de una de sus órbitas oculares y lo dejó al borde de perder un ojo. Necesitó, además, ocho puntos de sutura.

La denuncia fue radicada en la Fiscalía Nacional en lo Criminal de Instrucción N° 35, a cargo de María Paula Asaro. A través de las imágenes de las cámaras de seguridad se logró identificar a ocho agresores. Las mismas muestran a un noveno integrante que no participó de la golpiza y se mantuvo al margen del hecho. Es el único individuo que resta identificar.

En las últimas horas, según confirmaron a Infobae fuentes judiciales, la fiscal Asaro detuvo a Alejandro y Gastón Trotta, Juan Ignacio Olivieri y Facundo Curto. Solo uno de ellos prestó declaración indagatoria, mientras que el resto lo hará entre el jueves y viernes. El resto de los identificados ya fueron notificados, aunque desde la Fiscalía prefirieron no dar a conocer los nombres.

Las declaraciones de los detenidos son parte de una causa que tiene como carátula «tentativa de homicidio agravado«, por el hecho de que Castellari fuera atacado por ser homosexual. Desde el entorno de Jonathan, le aseguraron a Infobae que el joven de 25 años «está con asistencia psiquiátrica, luego de sufrir diversos episodios de fobia, paranoia. Tiene mucho miedo de salir a la calle».

Cabe recordar que, luego del ataque, Sebastián, quien acompañaba a Jonathan en el local de comidas rápidas, declaró: «Estábamos esperando nuestro pedido, haciéndonos chistes, riéndonos de lo sucedido durante la noche. Hablábamos entre nosotros. En ese momento entró un grupo de 8 chicos, de contextura grande, y notamos que estaban alcoholizados. Nos miraban, hacían chistes, se reían de nosotros. Fue ahí cuando decidimos salir con Jonathan a fumar un cigarrillo y esperar que se fueran. Él salió primero y vi que uno de estos pibes lo abrazó y se lo llevó. Instantáneamente se metieron los demás a pegarle. Le pegaron mucho. Quise pararlos y no pude. Ligué yo también, pero nada en comparación a lo que sufrió Jonathan. Cuando lo soltaron lo agarré como pude y justo una enfermera del Sanatorio Güemes (está a dos cuadras del local) estaba tomando un café y le dio los primeros auxilios».

En una carta abierta a Infobae, Jonathan relató cómo fueron los hechos: «(…) Primero empezaron a insultarme, después comenzó la pesadilla. Me vi en el piso, bañado en sangre, completamente indefenso. Me pegaban piñas y patadas, mientras me decían ‘comé por puto’, ‘tomá, puto de mierda’. Hay un grito que nunca voy a olvidar: ‘Hay que matarlo por puto’. Pensé que me desmayaba en el instante en que intenté levantarme del piso y sentí que me ahogaba tragando mi propia sangre. Pensé que me mataban. Pensé que no iba a poder contar lo que pasó».

Fuente: Infobae
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