El Gobierno articuló una estrategia para intentar calmar a los mercados y reducir la tensión electoral

El presidente retomó la iniciativa por primera vez tras la derrota en la provincia de Buenos Aires. Con la eliminación de las retenciones, busca un ingreso de hasta US$7000 millones para apuntalar las reservas. Además, recibió un fuerte respaldo de Trump.  



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Con el anuncio de retenciones cero a las exportaciones agroindustriales hasta el 31 de octubre, Javier Milei recupera la iniciativa política tras varias semanas a la defensiva. La medida, que busca acelerar el ingreso de dólares al país en plena incertidumbre electoral, representa un giro estratégico en medio de la presión cambiaria y el desgaste por los resultados en la provincia de Buenos Aires.

Hasta ahora, el Gobierno venía operando con un presidente replegado, afectado por la derrota en el principal distrito electoral del país y ante la incertidumbre del escenario del 26 de octubre. En ese contexto, Milei tenía por delante un objetivo urgente: tranquilizar a los mercados. El pasado viernes, desde Córdoba, deslizó que avanzaba en un acuerdo con Estados Unidos para obtener un fondo adicional que permitiera garantizar los pagos de deuda en 2026.

Sin embargo, ese eventual respaldo financiero estadounidense todavía está lejos de concretarse. Aun si la Casa Blanca accediera al pedido —este martes está previsto un encuentro entre Donald Trump y el presidente argentino—, nada garantiza que los fondos lleguen de forma inmediata. Milei necesitaba dólares ahora, contantes y sonantes. Y decidió ir al único lugar seguro: el campo.

A cambio de eliminar, por tiempo limitado, las retenciones —un impuesto clave para el Estado—, el Gobierno espera que el sector agropecuario liquide hasta 7000 millones de dólares en los próximos días, lo que representa el tope de la medida anunciada. Aunque se estima que los productores guardan en silobolsas entre 9000 y 10.000 millones de dólares de la cosecha 2024, el oficialismo optó por garantizar un piso firme de ingresos en el corto plazo.

El ingreso de esos 7000 millones sería un oxígeno fundamental para las reservas del Banco Central, que en los últimos días debió gastar cerca de 1000 millones de dólares para contener la presión cambiaria. En las últimas dos semanas, bonos y acciones se desplomaron, mientras el dólar minorista superó los $1500 y el mayorista se movió en el techo de la banda de flotación.

Fuente: Tn

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