La polémica revivió a nivel mundial cuando una mujer anunció que se quitaría la vida este fin de semana por un cáncer terminal que sufre. En nuestro país, la familia de un paciente en estado vegetativo desde hace 20 años reclama poner fin a su vida.
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La polémica revivió a nivel mundial cuando una mujer anunció que se quitaría la vida este fin de semana por un cáncer terminal que sufre. En nuestro país, la familia de un paciente en estado vegetativo desde hace 20 años reclama poner fin a su vida.
Un tema difícil para quien toma una decisión de ese tipo, la de quitarse la vida cuando ya la posibilidad de vida es ínfima, y también para la familia de esa persona. Una situación que divide aguas, tanto a nivel mundial como en nuestro país: en horas en que una paciente estadounidense anunció quitarse la vida por un cáncer terminal, desde hace 20 años la familia de un hombre en Argentina espera contar con el aval desde la Corte Suprema de Justicia para adoptar una decisión similar.
En los últimos días, por las redes sociales y en los medios de todo el mundo, impactó el caso de Brittany Maynard, una estadounidense de 29 años que anunció iba a quitarse la vida el pasado sábado -ahora aplazó la fecha- cuando en abril los médicos le diagnosticaron un cáncer de cerebro y una posibilidad de vida de seis meses.
La mujer explicó su situación por un video difundido en las redes sociales, y el mundo está en vilo sobre qué decisión adoptará finalmente, pues son muchos los pedidos para que no se quite la vida. Aunque es mucho más atendible lo que ella piensa y sin ningún tipo de señalamiento, lo que termine resolviendo.
Marcelo Diez espera desde hace 20 años. El 23 de octubre de 1994, cuando tenía 30 años, iba con su moto por la ruta 22 y fue atropellado por un vehículo. Desde entonces quedó postrado en una cama, en estado vegetativo permanente e irreversible, y su familia viene reclamando para tener el aval de la Justicia y poder acceder a la muerte digna.
Marcelo está inconsciente y él por su propia voluntad no puede decir qué es lo que quiere hacer. Son sus hermanas quienes pugnan para que se le conceda la muerte digna. Primero se acondicionó la casa en que vivía, luego pasó por la Fundación Favaloro y finalmente fue internado en el Luncec, de Neuquén, donde está actualmente y con 20 años más.
Cuando su familia hizo el primer reclamo, las autoridades del lugar se lo negaron y se pidió opinión desde distintos ámbitos especializados; Pero los años pasaron. Sus padres fallecieron, y ahora siguen firme con el pedido sus hermanas, una de las cuales vive en Ecuador y la otra en Capital Federal.
Todas las opiniones médicas iban en concordancia con el pedido de la familia. El Comité de Bioética de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva pidió que no se aplique a Marcelo «medidas distanásicas que importen encarnizamiento terapéutico», y «que debe ser respetada la voluntad expresada por escrito, del cese de todas las medidas activas tales como el rechazo de tratamiento antibiótico frente a las complicaciones infecciosas sufridas por Marcelo Diez».
En su pericia, un gabinete médico forense estableció que el paciente es un «desahuciado en estado terminal, por lo tanto tiene derecho a morir. Afirma que no es ético dar ningún tipo de tratamiento tal como kinesiología, medicinas, antibióticos, intentar recuperarlo si se agrava, internarlo en terapia intensiva, si se infecta no es lícito tratarlo».
En tanto, el Ministerio de Incapaces pidió por que no se haga lugar al pedido, al rechazar que Marcelo padezca enfermedad terminal y que su deceso sea inminente. «Marcelo Diez no se encuentra sufriendo; son los familiares los que sufren por verlo así, por lo que la medida no se ajusta a las necesidades del pupilo sino a la de sus familiares», replicaron. Su postura fue apoyada por el curador especial.
En primera instancia, la jueza de familia N° 2 en 2011 resolvió denegar el pedido de la familia, pese a que los informes médicos dictaminaban lo contrario. «Ninguno de los informes médicos ni de las recomendaciones realizadas por los distintos organismos, pone énfasis en estado terminal o de agonía que aqueje a Marcelo. Dicen que se encuentra en estado terminal pero con fundamento en el estado vegetativo», dijo en su fallo.
Durante estos años la influencia de la Iglesia en Neuquén se sintió. En su fallo de primera instancia la juez incluso citó las palabras del Papa Juan Pablo II en un discurso pronunciado el 20 de marzo de 2004, en cuanto a que el enfermo en estado vegetativo tiene derecho a una asistencia sanitaria básica (alimentación, hidratación, higiene, calefacción, etc.) y a la prevención de las complicaciones vinculadas al hecho de estar en cama. Como también a una intervención específica de rehabilitación y a la monitorización de los signos clínicos de eventual recuperación, y que la alimentación e hidratación por vías artificiales, representan siempre un medio natural de conservación de la vida.
Como si fuese poco el derrotero judicial y los 20 años de reclamos, una situación horrorosa tuvieron que padecer Marcelo y los suyos. Una suerte de visitas guiadas se hacía al lugar donde estaba internado, sobre todo por parte de aquellos sectores que se oponen a la muerte digna, y su familia, por carta documento, tuvo que intimidar para que terminaran, ya que iban contra el «derecho a la intimidad y dignidad».
Luego, en septiembre de 2011, la Cámara de Apelaciones, con la firma de los jueces Federico Basombrio y Patricia Cleric volvió a rechazar el pedido de la familia. «La ausencia de constancia cierta acerca de cuál sería la voluntad del paciente en la situación actual de estado vegetativo permanente y el solo hecho de su permanencia en éste, no autoriza a presumir una voluntad del enfermo contraria a dicha prosecución vital», dijeron.
En 2012, el Congreso Nacional sancionó la ley 26.529, que consagró los derechos del paciente y la decisión queda en poder del ámbito intrafamiliar, sin tener que contar con el aval judicial.
Pero con el fallo adverso, y sin cumplirse aún el reclamo de la familia, el caso llegó a la Sala Civil del Tribunal Superior de Justicia de Neuquén. En abril de 2013 revirtieron la situación, y se le dio la autorización para que pueda acceder el paciente a una muerte digna. Pero contra toda lógica, pues no teniendo voz ni voto, sino sólo su círculo íntimo, quien fuera designado el defensor oficial de Marcelo apeló ese fallo y ahora el caso está a estudio de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
«Estamos a la espera de una resolución, esperemos que la Corte falle a favor para poder permitir federalizar la ley nacional de muerte digna y que ninguna familia tenga que pasar por este derrotero familiar que tuvo que pasar la familia de Marcelo», pidió el abogado Lucas Pica, quien representa a los familiares del paciente.
La Procuradora de la Nación Alejandra Gils Carbó respaldó en abril la decisión que reclama la familia de Marcelo. La Corte en septiembre pidió como paso previo a fallar que el Cuerpo Médico Forense informe qué posibilidades de recuperación tiene el paciente. Se prevé que el fallo salga en breve. Mientras tanto, la familia de Marcelo sigue esperando.
Fuente: Infobae