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Son un 6% del total de los presos del país y el secretario de seguridad de la Nación pidió acelerar los mecanismos para deportarlos. Sin embargo, rige la Ley de Migraciones que fija cómo proceder en esos casos. 

Cinco delincuentes chilenos intentaron asaltar un supermercado. Fue ayer, en Balvanera. La policía detectó el intento de asalto y todo terminó en un tiroteo. Al rato, el Secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni decía: “Vienen a la Argentina únicamente a delinquir” y pidió que los extranjeros que cometen un delito “vuelvan a su lugar de origen y no entren nunca más”.

De acuerdo a datos aportados por la Dirección Nacional de Migraciones en nuestro país viven 1.805.957 personas extranjeras. Representan el 4,5% de la población argentina. De ese total de inmigrantes que viven en el país, el 0.20% se encuentran privados de la libertad.

Según el último informe publicado por el Servicio Penitenciario Federal, correspondiente a 2012, del total de personas detenidas (61.192) el 6% son de origen extranjero y el restante 94% de los presos son argentinos.

Luego del intento de asalto en Balvanera, Berni pidió al Congreso de la Nación que “le de herramientas ágiles a la Justicia para que esas personas vuelvan a su lugar de origen y que no entren nunca más” al país. Se refería así a la situación legal de muchos detenidos que no tienen condena firme, la mitad de la población carcelaria.

“Hay una ley que prevé qué tratamiento tienen que tener las personas extranjeras que delinquen” aseguró a INFOnews el legislador nacional Roberto Carlés, también coordinador de la Comisión para la Reforma del Código Penal.

Si un extranjero delinque “tiene que cumplir una condena»

Si un extranjero delinque “tiene que cumplir una condena. Y si accede a algún tipo de beneficio como una condicional o la suspensión del juicio de prueba, puede estar acompañado de un extrañamiento. Así, puede volver a su país de origen e incluso en algún momento –cuando se cumpla el plazo determinado- tiene la posibilidad de regresar a la Argentina”. Pero pedir que los deporten y que “no vuelvan nunca más” tal como declaró Berni, es algo que “no está contemplado en la legislación nacional y no puede estarlo porque viola tratados de Derechos Humanos” aseguró Carlés.

En términos legales, deportar es el envío de una persona a su país de origen. Es además una pena en sí misma. Cuando una persona es enviada a su lugar de nacimiento, en derecho internacional, se llama extrañamiento y no deportación.

Las declaraciones de Sergio Berni levantaron polvareda. Pero no está sólo en su reclamo. El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, avaló las expresiones del secretario de Seguridad y dijo que no fue «discriminatorio ni xenófobo».

«En muchos casos vienen al país determinados tipos de ciudadanos a promover acciones delictivas» agregó Capitanich y aseguró que el Poder Judicial debe «generar los mecanismos de deportación para facilitar las ejecuciones de las sentencias».

El gobernador Daniel Scioli consideró que Berni habló “desde el sentido común porque si un extranjero viene acá a cometer un delito, evidentemente no viene con la vocación de inmigrante de colaborar y hacer grande la Provincia y la Argentina”. El Gobernador insistió en que “se desdibuja ese espíritu de inmigrante al cometer un delito”, al tiempo que aclaró que “no es una cuestión de xenofobia ni de discriminación, es tratar al delito como tal”.

Por su parte, Pablo Micheli de la CTA opositora consideró que «tenemos que resolver los problemas de nuestra Justicia y no echarle la culpa a los extranjeros. Hacer una caza de brujas de los extranjeros es una cosa preocupante y alimenta un odio de la población hacia aquellos que no son argentinos. La xenofobia no es buena consejera».

A la titular del bloque kirchnerista en diputados, Juliana Di Tullio, las declaraciones de Berni le generan «contradicciones», aunque tampoco criticó el reclamo. «Me parece lógico que Berni pida que los extranjeros que delinquen sean deportados», dijo en diálogo con Radio América. 

Fuente: Infonews.com