Un día antes de su juicio político, Kuczynski renunció a la presidencia de Perú: «No quiero ser un escollo para el país»

El mandatario dio un paso al costado antes que se debata en el Congreso una moción de destitución por sus lazos con la constructora brasileña Odebrecht.



No Banner to display

Un día antes de su juicio político, Pedro Pablo Kuczynski (PPK) renunció a la presidencia Perú, después de haber sido acusado de comprar votos para evitar su destitución. El mandatario coronó así meses de turbulencia política y financiera en una de las economías de mayor expansión en América Latina.

En un mensaje grabado en el Palacio de Gobierno, en Lima, Kuczynski, un exbanquero de Wall Street de 79 años que asumió al poder en julio de 2016, dijo que la confrontación política con el Congreso había generado un clima de ingobernabilidad. «No quiero ser un escollo para el país», dijo el expresidente, que rechazó las acusaciones de corrupción «nunca comprobadas».

Kuczynski dijo que habrá una transición de poder constitucionalmente ordenada. En este escenario, la Constitución establece que el primer vicepresidente, Martín Vizcarra, asuma el cargo. El proceso de destitución había generado incertidumbre en el país que será anfitrión el 13 y 14 del mes próximo de la Cumbre de las Américas, a la que asistirá el mandatario estadounidense, Donald Trump , y otros líderes de la región.

La renuncia se dio a conocer durante el Consejo de Ministros realizada hoy en Palacio de gobierno, en Lima. Mañana, el Congreso dominado por el fujimorismo planeaba votar una moción de destitución por sus lazos con la constructora brasileña Odebrecht. El partido Fuerza Popular, liderado por la opositora Keiko Fujimori, había revelado videos que exhiben una presunta compra de votos a cambio de obras para evitar que Kuczynski sea destituido en el juicio político de diciembre pasado.

Así, tras un año y siete meses en el cargo, el gobierno llega de Kuczynski llega su fin marcado por las constantes fricciones entre el Ejecutivo y el Congreso, lo cual conllevó a la salida de varios ministros y también a que se presenten dos pedidos de vacancia presidencial.

Kuczynski se iba a enfrentar mañana al mismo escenario luego de que sobreviviera a una primera moción de vacancia presidencial el 21 de diciembre pasado gracias al sorpresivo apoyo de un sector del fujimorismo.

Dos partidos minoritarios de izquierda habían lanzado el pedido de vacancia después de que Kuczynski indultara al expresidente Alberto Fujimori en Navidad. Sin embargo, el documento presentado al Congreso el 8 de marzo mencionaba solo las «mentiras, engaños y graves conflictos de interés» ante Odebrecht y no el indulto como causal de la destitución.

Esto le granjeó el apoyo a la moción del partido Fuerza Popular (derecha), la mayor fuerza política del país, que lidera Keiko Fujimori, hija del exmandatario. El jueves pasado, 87 legisladores habían aceptado que la moción fuera debatida por el plenario.

La incertidumbre política que generó la situación de Kuczynski mostró signos de estar afectando a la economía peruana. «Estamos viviendo un panorama complicado porque la economía está sintiendo el impacto de la inestabilidad política ligada al presidente», dijo el economista Jorge González Izquierdo, que explicó que la economía está creciendo en los últimos meses por debajo de las previsiones.

Luego de la renuncia de Kuczynski -debe remitir su carta de renuncia al Parlamento para que decida si acepta la dimisión- corresponde que asuma el poder el primer vicepresidente de Perú, Martín Vizcarra, para que complete el actual periodo de gobierno, en julio de 2021.

El oficialismo esperaba que Vizcarra, que ejerce como embajador en Canadá, manifestara su intención de no aceptar el mando, algo que ya prometió la segunda vicepresidenta, Mercedes Aráoz.

Sin embargo, Vizcarra ha sido ambiguo, al decir solo que respetará la Constitución, y los analistas creen que está dispuesto a asumir la presidencia.

Si ninguno de los dos vicepresidentes aceptara asumir el mando, lo debería hacer el presidente del Congreso, el fujimorista Luis Galarreta. De ser así, tendría que convocar a nuevas elecciones, escenario que ningún partido desea en momentos de desprestigio de los políticos por los escándalos de Odebrecht.

Kuczynski había quedado en el ojo del huracán desde que en diciembre pasado Odebrecht revelara que había pagado casi cinco millones de dólares por asesorías a empresas ligadas a él mientras era ministro. Hasta entonces había negado todo lazo con la constructora.

Odebrecht admitió además que hizo aportes de campaña en 2006 y 2011 a los últimos cuatro ocupantes del sillón presidencial peruano, incluido Kuczynski, y a Keiko Fujimori, pero todos ellos lo negaron.

Fuente: La Nación