EE.UU. pone a políticos y oligarcas de Putin en una lista negra, pero evita sanciones

Estados Unidos finalmente no sancionará a Rusia por haber interferido en las elecciones presidenciales de 2016 y deja un manto de sospechas sobre la relación entre ambos países.



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El gobierno de Donald Trump cajoneó sanciones a Rusia respaldadas por una abrumadora mayoría en el Congreso en represalia por la injerencia del gobierno de Vladimir Putin en la elección presidencial de 2016, una decisión que fue criticada por republicanos y demócratas, y alimentó las sospechas que rodean el vínculo del mandatario con Moscú.

La Casa Blanca, a través del Departamento de Estado, justificó la decisión al afirmar que no era necesario aplicar las sanciones porque la ley aprobada por el Congreso ya servía como «disuasorio» y era utilizada para «presionar a Rusia». El gobierno de Trump si cumplió con la obligación de difundir una lista de 210 funcionarios y oligarcas rusos que podrían ser blancos de sanciones, pero el secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, puso paños fríos al afirmar que les caerán sanciones «en un futuro próximo», sin dar precisiones.

Desde Moscú, Putin calificó la movida de «hostil», pero, así y todo, dijo que el Kremlin no tomará ninguna medida en contra y hasta se dio margen para la ironía, al afirmar que todos los ciudadanos rusos están «en alguna lista»

La decisión de Trump desató malestar en el Capitolio, donde 517 de los 522 legisladores que integran la Cámara de Representantes y el Senado votaron a favor del paquete de sanciones luego de que la comunidad de inteligencia concluyera, el año anterior, que Putin había ordenado una «campaña» para «socavar» la democracia estadounidense durante la elección presidencial de 2016.

Pero Trump, quien prometió en la campaña tejer un mejor vínculo con Rusia y firmó la ley del Congreso a regañadientes, ha puesto en duda las conclusiones de los servicios de inteligencia y ha evitado cualquier acción contra Putin. La posición de la Casa Blanca ha ido en contra, incluso, de funcionarios del propio gobierno. El director de la CIA, había dicho en la víspera en una entrevista con la BBC que creía que el Kremlin volvería a intentar interferir con la política de Estados Unidos este año, en las elecciones legislativas.

El primer ministro Dmitry Medvedev es uno de los 114 políticos de alto nivel citados en la lista, al igual que 42 colaboradores de Putin, entre ellos ministros influyentes como el canciller Sergey Lavrov, así como los responsables de las principales agencias de inteligencia rusas. También aparecen los directores generales de grandes empresas estatales como Sberbank y la energética Rosneft.

El documento enumera además a 96 rusos adinerados a los que el Departamento del Tesoro considera «oligarcas», cada uno con una fortuna estimada de al menos mil millones de dólares, entre ellos Roman Abramovich y Mikhail Prokhorov.

Fuente: La Nación

 



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