Coronavirus: “No se puede elegir la vacuna, esto no es un supermercado”, dice epidemiólogo

España se prepara para aplicar 80 millones de dosis de distintas procedencias. Los ciudadanos recibirán indistintamente la vacuna china, la rusa, la inglesa o la norteamericana.



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Hay plan de vacunación contra el COVID-19, pero todavía faltan vacunas. Luego de dos meses de preparación, el documento será aprobado en el Consejo de Ministros de España. Fuentes del departamento aseguran que el plan que hay sobre la mesa, y que el ministro de Sanidad, Salvador Illa, detallará, prevé un escenario en el que convivan varios fármacos, que se administrarán a medida que estén disponibles.

Pero todo se basa en medicamentos para los que no hay aún una aprobación definitiva, por lo que hasta que la reciban no se podrá confirmar cuáles serán los primeros en llegar, el ritmo al que lo harán o cuándo comenzarán las inyecciones. Los expertos advierten de que se seguirán criterios de salud pública para administrarlas, no individuales.

Sanidad tiene firmados los contratos con cinco farmacéuticas: AstraZeneca, Sanofi-GSK, Janssen, BioNTech-Pfizer y con CureVac. Y, además, ultima otros con compañías como Moderna.

Según los planes que presentaron estas empresas al ministerio, explican fuentes del departamento, si todo va bien, llegarían antes de mediados del año 2021 los 80 millones de inmunizaciones, casi el doble que de ciudadanos. Este margen está pensado para tener suficientes dosis en caso de que los experimentos de alguna fallen o se retrasen y para potenciar la producción y que se puedan beneficiar países en desarrollo.

La proyección es que en la primera mitad del año esté vacunada “una parte muy sustancial de la población”, según aseguró el presidente español, Pedro Sánchez. Adelantó que las primeras dosis irán a parar a sanitarios en primera línea, personas que viven en residencias, sus cuidadores y personas mayores de 65 años. En total, unos 10 millones de personas.

El ministerio comprará y suministrará las inmunizaciones y serán las comunidades autónomas las encargadas de administrar las vacunas priorizando a los grupos antes citados. Todo esto se hará en los 13.000 consultorios y centros de salud que hay repartidos por toda España.

El presidente del Comité de Bioética de España, Federico de Montalvo, fue uno de los miembros del equipo que diseñó la estrategia de vacunación para el coronavirus. “Priorizar es difícil” y “se fue grupo a grupo considerando aspectos como la equidad, la discapacidad, la igualdad o económicos”, explica Montalvo, que no revela cuáles serán estos grupos debido a un acuerdo de confidencialidad con el ministerio.

Aunque la aspiración es tener vacunas para todos, el jurista cree que este sistema gradual tiene, en este caso, la ventaja de que irá generando confianza para convencer a los que ahora son reacios a inmunizarse.

“Priorizar no es excepcional, se hace todos los días, como en los servicios de urgencias, donde a lo mejor yo voy y espero cuatro horas y otra persona más grave pasa enseguida”, expone Montalvo. “Al final va a haber vacunas para todos; que ahora no haya suficientes no me preocupa mucho”, afirma.

“El ritmo de vacunación dependerá del flujo de llegada, pero si todo va bien es razonable pensar que en el horizonte que dibuja el presidente haya un porcentaje amplio de los españoles vacunados”, señala Amós García Rojas, médico epidemiólogo y presidente de la Asociación Española de Vacunología, que también participó en la elaboración del plan.

Tranquiliza a los ciudadanos que, opina, no deberían estar preocupados por la vacuna que les toque a ellos: “Si son aprobadas será porque todas son seguras y tienen una eficacia suficiente. Esto no es un supermercado, no se puede elegir la que más nos guste”.

Fernando Rodríguez-Artalejo, catedrático en Salud Pública de la Universidad Autónoma de Madrid, explica que al tratarse de una medida de salud pública, no solo individual, serán las autoridades las que tendrán que determinar qué fármaco es mejor para cada grupo. “Por ejemplo, la de AstraZeneca, con un 70 por ciento de eficacia, demostró ser buena para reducir transmisión porque evita formas asintomáticas.

Los candidatos ideales para esta vacuna serían los jóvenes, que no tienen el riesgo individual de una persona de más edad”, explica. El siguiente criterio serían las condiciones de acceso: “En núcleos rurales es posible que sea más difícil llevar las que requieren menos temperatura para su conservación”. Otro factor que Rodríguez-Artalejo considera importante es el de la tolerabilidad: “Aunque sean seguras, algunas quizás den con frecuencia hinchazones en el brazo o síntomas pseudogripales al día siguiente. Estas serían menos indicadas para los más mayores”.

El número de dosis sería la cuarta pata que considerar para determinar qué medicamento va a cada persona. “Las que requieran una sola, como parece que será la de Janssen, es más adecuada para poblaciones vulnerables, que tienen menos posibilidades de volver al centro de salud”, señala el catedrático.

 

Fuente: TN.com.ar

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