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 Las cartas cambiaron radicalmente para el expresidente catalán Carles Puigdemont,que en contra de lo que esperaba su defensa, quedará detenido y con «prisión preventiva» en Alemania mientras se decide su traslado a España para ser juzgado por rebelión.

La confirmación de la cautelar de prisión preventiva es todo un balde de agua fría para el cesado líder, que hasta ahora logró burlar esa posibilidad en su refugio de Bruselas, donde la legislación es mucho más flexible en la materia.

Pero con la ayuda de los servicios de inteligencia españoles, Puigdemont fue detenido ayer en Alemania, donde la legislación es dura y contempla penas de entre 10 y 25 años para el delito de alta traición, que es asimilable a la «rebelión» que se le atribuye en España.

De ese modo Puigdemont se suma a la suerte de una decena de compañeros de gobierno y de militancia, que llevan meses en prisión. El expresidente, en cambio, había logrado zafar de eso y llevaba casi 150 días en libertad

Eso acaba de terminar, con la confirmación de la prisión preventiva hasta que se resuelva su extradición. La decisión fue adoptada por la justicia alemana.

Fuente: La Nación