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Cientos de personas le ofrecieron ayuda; incluso autos para que vaya a su trabajo; y se recaudaron más de 287.000 dólares a través de un sitio de internet.

James Robertson, un obrero de 56 años, se convirtió hace unos días en un modelo de trabajador en los Estados Unidos cuando se conoció su historia. El hombre camina 33 kilómetros todos los días para ir y volver de su trabajo hace diez años, y sus empleadores aseguran que tiene una asistencia perfecta.

Robertson trabaja en una fábrica donde su turno es de 14.00 a 22.00, pero para llegar a tiempo sale de su casa en Detroit a las 8.00 hacía Rochester Hills, y regresa de vuelta a las 4.00 de la madrugada.

Su automóvil se averió hace 10 años y nunca más pudo arreglarlo y, por eso, va a pie en algunos trayectos. Además, tampoco puede usar el autobús porque en algunos tramos no está disponible.

El hombre aborda camiones en partes del camino, pero como no cubren toda la ruta, termina caminando cerca de 13 kilómetros a la ida, y 20 kilómetros a la vuelta. Hace poco lo empezó a llevar un banquero que lo veía caminar todos los días y finalmente le preguntó qué estaba haciendo.

Su salario es de 10,55 dólares la hora, una cifra superior al sueldo mínimo de Michigan, que es de 8,15 dólares la hora, pero no es suficiente para que se pueda comprar y mantener un vehículo en Detroit.

Robertson duerme apenas un par de horas por noche, pero dice que se recupera el fin de semana. Sus empleadores aseguran que es un trabajador perfecto y que tiene una presencia récord en la fábrica.

Fuente: La Nación