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Es Jordi Pujol, un ex presidente del gobierno de Cataluña y actor clave en la política de los 80 y los 90.

Por primera vez, un presidente de la Generalitat (gobierno de Cataluña) se sentará en el banquillo de los acusados el 27 de enero próximo. Los delitos de que lo acusa un juez, junto a su esposa y sus tres hijos (Marta, Mirela y Pere) son de fraude fiscal y blanqueo de capitales. Ambos conllevan un reproche penal de varios años de cárcel. El diario El Mundo publicó ayer que la familia Pujol habría ocultado 20 millones de dólares (16 millones de euros) a Hacienda entre los años 2010 y 2013.

Ocho miembros directos de la familia del ex presidente de la Generalitat de Catalunya se encuentran imputados ante la Justicia por las actividades desarrolladas tanto por el matrimonio como por sus hijos. Al margen de la familia directa, dos familiares políticos del ex president de la Generalitat -Anna Vidal y Mercè Gironés, que son o han sido esposas de sus dos hijos varones mayores- están también imputadas.

De esta forma, Josep es el único hijo del matrimonio al que ningún juez atribuye, una conducta delictiva.

Dos jueces de Barcelona, otros dos de la Audiencia Nacional y un magistrado de Liechtenstain han abierto procedimientos en los últimos meses contra ellos por delitos que van desde el blanqueo de capitales y el fraude fiscal hasta el cohecho y el tráfico de influencias. En cuatro de ellos los miembros de la familia tienen ya formalmente la condición procesal de imputados.

Un Pujol vinculado a un grave escándalo de corrupción tiene un impacto extraordinario en Cataluña donde era el dirigente más respetado como creador del nacionalismo moderado y durante 23 años titular de la comunidad autónoma. Pero también repercute en España donde se reconocía a Pujol como uno de los escasos dirigentes políticos con sentido del Estado, gran inteligencia y una prudencia que le permitió ser el fiel de la balanza para permitir la gobernabilidad del Estado español.

Todo ese enorme caudal político y moral está en ruinas desde que el propio Pujol confesó el pasado 25 de julio que había mantenido sin declarar al fisco durante 34 años una fortuna en cuentas fiscales. “Es que no tuve tiempo de legalizarlo”, se justificó como bromeando.

El juez quiere indagar sobre el origen de la fortuna de Pujol que incluyen otras causas e investigaciones en las que están comprometidos el resto de sus seis hijos y también Marta Ferrusola, su esposa, una dama de gran prestigio propio. Los amplios y precisos informes de la Unidad especial de Investigaciones de Blanqueo y Fraude Fiscal (UDEF) indican que los negocios que maneja la familia en varios países, la Argentina uno de los más importantes, podría superar los 1.600 millones de euros.

La citación a los Pujol se produce después de recibir el juzgado las declaraciones de renta y patrimonio completamentarias que presentaron ante la Agencia Tributaria. Antes de la confesión del ex presidente de la Generalitat, su esposa y seis hijos presentaron varias declaraciones donde admitían montos para pagar a Hacienda mucho mayores a los consignados en las declaraciones originales.

Fuente: Clarín