Arrestan a tres curas por abuso de menores en España

También detuvieron a un laico. El Papa había intercedido para que se actúe contra esta secta de pederastas, al ser advertido de su existencia por una de las víctimas



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También detuvieron a un laico. El Papa había intercedido para que se actúe contra esta secta de pederastas, al ser advertido de su existencia por una de las víctimas




El escándalo que conmueve a España de los curas pedófilos de Granada que actuaban como una secta para abusar sexualmente de menores durante años, y que fue denunciado a la policía y el poder judicial españoles, ha crecido hoy cuando el juez ordenó arrestar a cuatro personas: tres sacerdotes y un laico. Otros siete curas y algún seglar están también bajo investigación.

Los religiosos tienen una gran responsabilidad en los hechos, entre ellos el padre Román, de 61 años, líder de los pedófilos que conformaban un grupo poderoso llamado «los Romanones» en alusión al cura que acaba de ser arrestado.

También han sido arrestados los sacerdotes Manuel Morales y Francisco Javier Montes. El cuarto arrestado es un seglar pero cómplice de «los Romanones».

Las detenciones fueron ordenadas por el magistrado instructor, Antonio Marín, titular del juzgado de instrucción número 4 de Granada. Se investigan a doce personas, diez curas y dos seglares, por agresiones sexuales continuadas en el tiempo.

Un profesor de 24 años en un colegio religioso del Opus Dei, envió en octubre una carta al Papa donde le relataba que entre los 12 y los 17 años fue víctima de abusos reiterados por varios sacerdotes y que el principal responsable de los hechos era el padre Román, titular de una parroquia, y un sacerdote de prestigio en la Archidiósesis granadina.

La víctima era monaguillo a los doce años de la parroquia granadina de Juan María de Vianneimeno.El profesor estaba manejando su coche cuando recibió una llamada en su móvil, cuyo nombre había mencionado en la carta el Santo Padre. Para su gran sorpresa, su interlocutor se idenfició como el Papa Francisco. Muy conmovido el Santo Padre le pidió varias veces perdón al joven profesor y le prometió que investigaría a fondo los hechos.

La víctima le contó al Papa que conocía otros menores que también habían sido abusados, incluso un amigo. Francisco ya había puesto en marcha una amplia investigación en el Vaticano, reclamó una información profunda sobre los hechos del arzobispado de Granada pero, sugestivamente, no informó del caso a la Conferencia Episcopal.

Cuando en pocos días el Papa tuvo en sus manos la confirmación de hechos gravísimos, con nombres y apellidos, hizo la denuncia ante la policía y la judicatura española.

Estos hechos deleznables se produjeron durante años en el ámbito de la Iglesia de Granada pero jamás fue investigado pese a que ahora se confirma en que había versiones sobre los abusos. Esta en entredicho el arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, quien el domingo se postergó durante varios minutos ante los files, acompañado por otros sacerdotes, y pidió varias veces perdón.

«Los males de la Iglesia son los males de cada uno de nosotros», ha aseguro el arzobispo, que ha reiterado su perdón por los «daños» que se hayan podido causar y por los «escándalos» conocidos esta semana.

El grupo de pedófilos «los romanones » liderados por el padre Román, eran muy amigos entre sí. Para atraer a sus víctimas, captaban a monaguillos para la parroquia con el objeto de «infundirles una vocación religiosa». Pero después los sometían a abusos en sus dormitorios personales, en un lujoso chalet y otros edificios que habían sido donados por una anciana a la Archidiosesis.

El Padre Román les enseñaba a las víctimas que «el amor purifica». La secta operaba con tal cinismo que tenía una Web donde se defendían los valores espirituales del catolicismo.

El grupo de sacerdotes, otros encubiertos incluidos seglares, y nuevas personas investigadas también habrían actuado liderados por padre Roman que actuaba en una popular parroquia del barrio granadino del Zaidín. Este grupo mantenía relaciones homosexuales entre sí. Se reunían varios días por semana en los edificios donados por la anciana.

Los abusos se consumaban en lujosos pisos y un chalet en la capital granadina. Pero también utilizaban otros en dos municipios de la provincia, un dúplex en la localidad costera de Sebreña y un chale en el municipio de Pinos Genil.

Los menores no solo eran sometidos a abusos sexuales sino que se los sometía a verdaderos «lavados de cerebro» donde se les insistía que la acción de los pedófilos «no era pecado sino una purificación».

Fuente: Clarin.com



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